viernes, 27 de abril de 2012

Las cosas van mal...

Hola queridos lectores!!! Ya estamos embalados en lo que nos queda de trimestre, aguantando estos malditos dos meses...la verdad, no se que va a pasar cuando ya no tengamos clase. Probablemente perderemos de vista  el instituto durante un breve período para luego volver a lo mismo. Esto puede parecer repetitivo pero me sirve de introducción perfecta para el tema.
Con toda la que se está armando fuera de nuestro patio del instituto, sonaba raro que todos los problemas de fuera no se presentaran paulatinamente en nuestro hábitat natural. ¿Vosotros sabéis lo humillante y ridículo que puede llegar a ser que te roben el bocadillo? La mayoría de la gente ya directamente no trae bocadillo porque le da corte parecer un crío, porque hace dieta o porque no tiene tiempo de hacérselo; pero cuando lo traes siempre, lo posas sobre la mesa, te das la vuelta y no está...hay ya puedes considerarte pringada oficial, que ríete tu de Charlot. Y no hablemos del hambre que se pasa. No han sido menos de cinco las personas que se han quedado embobadas mirando mis bocadillos como si fueran puestos de trabajo.
¿Y los lavabos? ¿Qué podemos decir de los lavabos? Esos sitios con espejos rotos, puertas pintadas, constante olor a tabaco de la gente que va a fumar, grifos oxidados, papel imaginario, papeleras abarrotadas, cerrojos que no cierran nada, puertas atascadas que te invitan a quedarte encerrada....eso es lo que te encuentras normalmente en los lavabos del instituto (por lo menos en los lavabos para chicas del Padre Isla). Un día de estos me veo subida a una mesa improvisada en medio de los pasillos, rodeada de gente que me mira como mirarían a un loco, mientras yo leo unas hojas escritas que llevan como título "Tratado de los W. C.". En él se intenta proclamar unas normas para no morirte de asco cuando entras en el baño.  Eso no me lo acabo de inventar, lo llevo pensando desde hace un año.
Y como extracto de mis ya corregidas reflexiones escritas para Alfredo (que van con el tema) diré que me la cargué bastante por comparar el gimnasio con una cámara de gas de lo mal que huele a pies, las canchas de baloncesto en verano con el crematorio, las clases con barracones sucios camuflados con mapamundis, los alumnos con judíos y el instituto con un campo de concentración. Posdata: exageración inventada para imitar una caricatura literaria, que tampoco quiero que mañana se me presenten los alumnos y profesores en casa para lincharme por dar mal prestigio al instituto, que tampoco es eso, que a mi instituto no lo supera nadie.
Además este año, por la crisis, se ha considerado difunta a la revista del instituto, Punto Candente (que en paz descanse), porque no había dinero para editarla. Fue una pena, yo trabajaba en ella el año pasado. También otras actividades o informaciones han sido suprimidas de hojas impresas para cada uno a folios colgados en las paredes de los institutos, que rápidamente son rotos. Entre los alumnos la cosa va tirando, ahora aprovechamos el aula para otros menesteres. Por ejemplo de salón de belleza, hoy en día es habitual darte la vuelta y ver a la compañera de atrás pintándose las uñas o afilándolas con la lima, mientras el compañero de atrás se concentra, entrecerrando los ojos como un chino para cortarle las puntas abiertas a la compañera de las uñas con unas tijeras baratas.
Para el que no se lo crea, esto es así, solo tenéis que pasaros por mi clase para ver las paredes manchadas de jugo de una naranja espachurrada. Bueno, eso, que las cosas van mal en el insti, pero podrían ir peor....podría cerrar la panadería de enfrente (que es la única que se está forrando con esto porque todos los días hay colas como la muralla china para entrar a comprarse un panpizza o un bocadillo vegetal ). By Carmen =)

lunes, 23 de abril de 2012

Cosas varias en el día del Libro.

Hola queridos lectores!!! Supongo que ya os habréis acostumbrado a nuestras temporales desapariciones de la red, pero aún así pido disculpas por la semanita que llevamos sin escribir. Pasado ya el aniversario del Titanic y todo lo que ello conlleva, tengo que hacer un breve pero consistente anuncio:
Por motivos de disparidad de criterios y diferentes opiniones, me he quedado sola en la redacción de este blog.  Pasada una semana de reflexión, la vida sigue girando.  El quid de la cuestión es que este blog se inició como experiencia piloto, y ha cumplido del todo su función, por eso pienso continuar administrándolo y escribiendo en él. El contenido será el mismo de mis entradas de siempre: relatos, reseñas y alguna que otra cosa. Si sois lectores curiosos, os habréis fijado en que todas las entradas de Pablo y los gadgets que él había puesto han desaparecido. Lamento que haya sido así. También habréis visto que algunas cosas siguen el plural y yo pienso seguir refiriéndome a este blog en plural (¿razón?, sencilla: porque me gusta así, una tiene sus caprichos). Probablemente a final de curso, cuando el estrés de las clases, exámenes y verbos de francés haya pasado, crearé un blog propio que espero me dure mucho. Entonces habrá llegado el momento de cerrar este laboratorio de ensayos y despedirnos de nuestros simpáticos conejillos de indias ( vosotros, queridos lectores).
Viñeta del humorista gráfico Forges.
Pero hasta el momento, aún quedan un par de meses que hay que aprovechar, así que a otra cosa mariposa....

Hoy es 23 de abril, día de San Jordi en Cataluña, cuando se regala un libro y una rosa allá por las tierras del derrotado Barça. Hoy también es 23 de abril, día de la comunidad en la que ahora tengo puestos los pies ( Castilla y León), porque celebran el nosequé de los comuneros, tema del cual me mandaron hacer no pocos trabajos en la escuela. Pero, por encima de todo, hoy es el día de lo único que funciona sin pilas ni batería y produce mayor satisfacción que cualquier aparato electrónico. De eso que muchas veces he definido como manchitas negras haciendo cola en un papel blanco. Hoy, queridos lectores, es el día del Libro con L mayúscula. 
Si estáis en León , os sugiero que os paséis por la plaza de Botines, donde está nuestra austera (estamos en crisis)  feria. Este año creo que está dedicada a las religiones. Daos un paseo por el barrio Húmedo (sobre todo si estáis de puente como yo), comprad un buen libro y leedlo en una agradable cafetería. PP ( plan perfecto)

Nuestro mercadillo.
Podría continuar hablando de libro (lo cual era mi intención) pero como veo que me estoy extendiendo mucho, prefiero dejarlo aquí. Ah! Que sepáis que en nuestro instituto, Padre Isla, también lo celebramos: el departamento de Lengua ha organizado el pasado viernes 20 un mercadillo del libros usado, donde entregando un libro tuyo te daban un boleto para llevarte otro de otra persona. Brillante iniciativa, gracias a la cual me he llevado unos fantásticos libro a casa (y gratis). Siempre contenta de poder escribir, by Carmen :D.

miércoles, 18 de abril de 2012

Para nuestro querido anónimo del Titanic.

Hola queridos lectores!!! Puede parecer que esta entrada va a ser excesivamente corta y que sería mejor situarla en "comentarios", pero creo que así será más visible. Esto va para el/la anónimo/a que puso un comentario en la anterior entrada del Titanic preguntando por los nombres de los muertos españoles no encontrados. Y aquí le respondo, esperando a que le sirva de algo la información. La fuente es el espacio "El Acabose" del programa de Rne, "No es un día cualquiera". En el post sobre el Titanic tenéis el enlace directo al podcast donde se habla de estos muertos y otras cosas del Titanic.
Muertos españoles en el RMS Titanic:
-Victor Peñasco y Castellana: 1ª clase, madrileño, viaje de luna de miel, su cuerpo no se encontró y su familia compró un cadáver falso para poder heredar.
- Fernando Oviés: 1º clase, asturiano, su cuerpo tampoco se encontró y se compró un certificado de defunción.
- Juan Morós: tripulante (ayudante de camarero), barcelonés, su cuerpo se encontró pero al reconocerlo como un tripulante se devolvió al mar.

Estos son los 3 muertos de los 10 españoles que viajaban a bordo del Titanic. El que quiera saber más (sin ir más lejos, el/la anónimo/a), puede comprarse el libro "Los diez del Titanic", un libro editado hace poco por tres periodistas españoles.
Bueno, espero que toda esta información haya servido para algo. Laboriosamente, by Carmen=)

sábado, 14 de abril de 2012

Titanic, el buque inhundible

Maqueta del barco

Hola queridos lectores!!! Como sabréis, porque todos los medios lleva bastante tiempo anunciándolo, hoy se cumplen 100 años desde el fatídico hundimiento del buque... inhundible. Creo que el mote lo pusieron a porta. Menuda ironía. Después de un trabajo de investigación en Internet y la web de RTVE, creo que estoy en condiciones de contaros las asombrosas curiosidades y las más sabidas noticias de este barco que ahora mismito estará criando algas (no creo que se críen malvas debajo del agua) en un remoto lugar del Atlántico norte. Quiero agradecer a los programas de RNE (como "En días como hoy"Documentos RNE y "No es un día cualquiera, El acabose") que se han esforzado en narrarnos de una forma excelente el suceso que hoy nos ocupa. Antes de comenzar con el improvisado Diario de a bordo, solo decir que lo peor de (casi ya) mito del Titanic es la película. Sí, esa que han hecho ahora en 3D. Semejante romanticada... seguro que había muchas otras historias interesantes y tuvieron que escoger esa...

34 t. de carne, 40 t. de patatas, 560 l. de leche, 700 lechugas y un iceberg.

9 de abril de 1912- Cuando todo era apacible...aún.
El día anterior a la partida del objeto móvil más grande de la época, en el puerto de Shouthampton se acababa de cargar al RMS Titanic, creado en los astilleros de Belfast, con las impresionables medidas de 268 m. de longitud, 4500 t. de peso, 21 nudos de velocidad, 10 cubiertas, 750 personas en 1ºclase, 550 en 2º y 1100 en 3º clase, que necesita 620 t. de carbón al día (1300 sacos) y 150 fogoneros.  En aquello época hubo una huelga en el sector minero que dificultó el abastecimiento del barco y que transpasó a otros pasajeros que iban en barcos más modestos a este gran titán. Al principio pensarion que habían tenido mucha suerte, pero navegaban hacía la muerte.
10 abril de 1912- Levando anclas.
El barco parte a las 12:15 de la mañana, con miles de personas curiosas que observan impresionados  a la nueva proeza de la ingeniería náutica. Su capitán es Eduard J. Smith, y también viajan el director de la compañía y el diseñador del barco. Solo van a hacer dos escalas antes de lanzarse de cabeza al Atlántico, con dirección a New York, donde deben llegar el 17 de abril. La primera es un pueblecito de Francia y la segunda en otro de Bélgica. El viaje está plagado de augúrios y pequeños detalles que ya indican que ese barco no puede ir a buen puerto, como por ejemplo el primer susto de la travesía: un pequeño accidente a la salida del puerto al chocar con otros barcos. Si este error hubiera sido más importante, la marcha del barco se vería aplazada y no seguirían su funesto camino sin vuelta.
11 de abril de 1912- El último adiós.
Sin duda alguna, el lema del barco es el confort y el lujo. Varios restaurantes, biblioteca, gimnasio, baños turcos, piscinas cubiertas, suntuosos salones, ascensores... La tercera clase parecía la segunda, esta la primera, y la primera rayaba el límite de los deseos satisfechos en menos de un minuto. Pasajeros alegres envían telegramas a los que les esperan en New York anticipando que están bien. Ese día la sala de correo no da a basto. Al pasar por la última escala, un pasajero lanza el mar una botella con un sentenciador mensaje que se ha recibido mucho tiempo después. "Desde el Titanic, adiós a todos." Aún  no se ha descubierto si viajaba algún vidente a bordo.
12 de abril de 1912- El mal rollo se huele en el ambiente.
El Titanic sigue su marcha, persiguiendo el garlardón que premia al barco que haya realizado la mayor travesía transatlántica, por el momento en poder de la compañía rival. Se produce otro accidente: el incendio de una de las cabinas del carbón que tardará en apagarse. En el tablón de anuncios se presenta el plan de evacuación, pero los arrogantes tripulantes del barco no hacen caso, ni lo miran. ¿Para qué? Son el mayor barco de la historia, ¿a qué loco se le ocurriría que podían naufragar?
El iceberg
El peligro de icebergs no era algo que se presentase a última hora, por condiciones meteorológicas del invierno anterior ya se sabía que trozos de hielo andarían a la deriva en la ruta de los barcos. Así pues, el Titanic recibe advertencias de precaución de las que pasa de largo. A las once de la noche la sala de radio deja de enviar y recibir mensajes y no se repondrá hasta la mañana del día siguiente. Tercera fatalidad del viaje. Por la noche, una mujer no consigue dormir. Su marido le pregunta y ella contesta que tiene miedo, que tiene un mal presentimiento. El marido le dice que están en el mejor buque del mundo y no puede pasar nada malo. La mujer, aún así, toma la decisión de no dormir ninguna de las noches de la travesía.
La travesía del Titanic; la X marca el lugar del hundimiento
13 de abril de 1912- Acercándose a la boca del lobo.
El tiempo frío empieza a hacerse notar y los 2223 pasajeros prefieren permanecer en el interior del barco, ahora navegan en pleno océano. Se reciben nuevos avisos de icebergs que ya han afectado a un barco, pero el Titanic sigue su triunfal marcha.
14 de abril de 1912- Cuando la montaña perdió el equilibrio.
Ese fatídico día, a las 23:40 h, el vigía da la alarma de la peligrosa proximidad de un iceberg. Solo habrá 50 segundos para la reacción antes de que se produzca el choque. Una brecha de 100 m. cortó completamente el orgullo del barco. El Titanic, el barco más famoso de la historia después del casacarón de nuez de "Verano Azul", se hundía. Y lo peor de todo: solo había botes para la mitad de las personas que en él estaban. La Gran Paradoja:
Dibujo explicativo del impacto con el iceberg
El capitán divide las tareas de salvamento en babor y estribor y a cada lado manda a un tripulante. El estribor la orden del capitán se entendió como "mujeres y niños primero", y así fue ejecutada, por supuesto, empezando por la primera clase. Pero en babor se entendió "SOLO mujeres y niños", y el tripulante encargado de ese costado SOLO permitió pasar a mujeres y niños, dejando los botes al 20% de su capacidad. Como consecuencia muerieron más hombres de los que podía haberse evitado. No me digáis que no parece español, dicho tripulante.
Mueren 1500 personas con una historia y sobreviven 713 que contarán la suya como una marca imborrable.
Empezar a olvidar- Nuestros muertos españoles.
En el Titanic viajaban 10 españoles. Tres murieron y los otros siete consiguieron salvarse. Nos interesan los muertos. Uno de ellos era el único tripulante español, un ayudante de camarero. Al recoger los cadáveres en el océano se hacía un proceso selectivo que era: si se identificaba al cadáver como de 1º clase (porque la ropa que llevaban lo decía claramente, nadie se cambia de ropa para un hundimiento) era enterrado, sino se dejaba allí, que bien estaba en el mar. Así paso con este joven. Los otros dos eran hombres de primera clase, reconocidos, sí, pero encontrados no. La familia tuvo que usar ciertos trucos para acreditar que estaban muertos de verdad, ya que los cuerpos no habían aparecido. Los parientes de uno compraron el cadáver de un mendigo y lo hicieron pasar por el muerto, para enterrarlo y que su viuda pudiera heredar y volverse a casar. Los del otro compraron un certificado de defunción falso.
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Bueno queridos lectores, aquí acaba esta crónica sobre el Titanic, exactamente 3 horas antes de que se hunda (hace 100 años). Así que, sin más preámbulos, me voy a cenar que me están llamando. Y recordar, yo que vosotros no me subiría a un barco que se las diera de mejor del mundo.
By Carmen :D

miércoles, 11 de abril de 2012

Pensamientos desde el portátil de mi casa 5

Hola queridos lectores!!! Recién leída la entrada de Pablo, me permito dudar de si realmente vuelve el buen tiempo. Ya me había hecho a la idea de que ahora ibamos a vivir de una vez por todas nuestro lluvioso invierno perdido. León es más bonito con lluvia intermitente y un cielo semiencapotado a ratos. Así me recuerda a Asturias.
Quiero pedir perdón porque me he dado cuenta de que últimamente he cogido la costumbre de escribir post muy largos y supongo que eso los hace más aburridos. Sorry. Procuraré escribir cosas más cortas a partir de ahora.
Y ya está. Estamos de vacaciones. Ya no hay deberes. Y por supuesto, ahora de más pereza que nunca escribir. Hay el mismo abaníco de temas que simpre, todos sugerentes, pero entre que aprovechamos para no madrugar y nos concedemos los pequeños placeres de pasar el tiempo mirando a las nubes, lo último que tienes ganas de hacer es escribir en el blog. Por eso, si en estos días notáis que estamos excesivamente adormilados o que todo nos parece demasiado rosa, es por culpa de las vacaciones.
Parece que ya va acabando la Semana Santa. Espero que los lectores a los que les gusten las procesiones las hayan disfrutado a gusto, y que los que huyen de ellas en busca de menos fervor religioso hayan disfrutado de cualquier optativa. Personalmente, lo único que he hecho relacionado con la Semana Santa fue ver el miércoles en La 1 la peli de "Quo Vadis?". Estuvo bien, un poco larga pero bien. Es todo un clásico de esta época, porque si hay algo que recuerdo de mi infancia con nitidez (que no queda tan lejos, solo a 3 años) es que por estos días siempre echaban películas sobre el cristianismo. Me pareció un cineforum bastante admirable y un poco aburrido, pero ahora ya conozco uno mejor. El ciclo de películas que tienen como centro una religión que nos pone la profe de HCR (Historia y Cultura de las Religiones, optativa de religión). Ya hemos visto como 11 este curso.
Hoy ví una noticia en el Telediario de La 1 sobre ese nuevo proyecto que me quita el sueño de montar Las Vegas en España. Las Eurovegas, para ser más exactos. Chachi piruli. Vamos a ver, ¿a quién se le ocurre permitir montar algo semejante en España?
Estamos ofreciendo una lista de atributos convenientes para ese magnate del juego de cuyo nombre no quiero acordarme, para que decida si es mejor Madrid o Barcelona. Para que decida que es mejor, si meter todo el odioso mundillo que conyevaría unas Vegas en nuestra capital o en la sede nacional del Modernismo arquitectonico. Es vergonzoso que llegemos a arrastrarnos para que nos pongan semejante cosa en nuestro país. Que lo hagan en Francia, si acaso. Pero no, dijeron que era mejor aquí por el clima. ¿ Qué clima, nuestra preciosa mezcla única en el mundo de biomas mediterraneos y atlánticos, conjuntada con un poco de selva laurisilva de las Islas Canarias? ¿Les vamos a poner en bandeja todo eso para que lo hechen a perder?
Igual soy yo, que no tengo ni idea de como funciona el mundo de las personas adultas, racionales y que manejan todo, pero no me parece nada bien.  Lo más curioso de todo es que donde lo van a poner es en nuestro país, y nosotros somos sus ciudadanos, perfectamente cualificados para rechazar cortesmente esa propuesta. Ahí os lo dejo, para que penséis.
By Carmen :D

sábado, 7 de abril de 2012

La terrorista de la cocina ataca de nuevo

Hola queridos lectores!!! Habiendo leído el títutlo, ya debéis suponer de que va esto. Sí, de barbaridades. De barbaridades gastronómicas. Ya os comenté en el anterior post sobre el concurso de gastronomía y mis negras predicciones para el concurso de este año y, en efecto, de una forma u otra se cumplieron. Me explico:
A las nueve y media estaba en frente de la casa de Pablo, con dos bolsas de esas que compras en el Carrefour abarrotadas. Luego, diez minutos después salió del portal don Pablo. Dicho andoba tan solo traía una bolsa de papel cartón de una marca de ropa. El contenido de la bolsa era el vivo reflejo del caos. Nueces por aquí, jamón serrano envuelto en papel de plata por allá.... a eso se le unió la inesperada confesión de que no tenía ni idea de cocina y que no había picado un kiwi en su vida. Esto me dejó en estado de shock (o como se escriba). No era un mal comienzo para intentar la ambiciosa empresa de ganar un concurso de cocina. He de decir, en defensa de Pablo, que puede que me pasara criticándole por no saber cocinar, porque yo me inventé la forma de picar tomates y pelar huevos cocidos sobre la marcha. Todo hay que decirlo. Llegamos como diez minutos antes de las diez al instituto, y allí nos encontramos al Bibliotecario, que concursaba por 4º año (y había ganado los cuatro años, en el 2011 con unos canapés de muerte que no pude probar porque el mio se me cayó al suelo). Nos fuimos al pabellón donde ibamos a elaborar nuestras churra-creaciones y nos quedamos charlando. Luego empezó a llegar más gente, algunos grupos de concursante y otros que venían para comer porque pensaban que eran dos horas de buffet libre. Ingenuos.
 Apareció por allí Jessica, la amiga que me ayudó el año pasado (como ya dije en el último post). Me hizo prometerla (no preguntéis por qué) que me acordaría de ella en el blog, así que: Oh gran Jessica, mil y una gracias por tu inestimable ayuda el año pasado, sin ti aún estaría intentando encontrar las llaves de casa, si hubiéramos ganado más de la mitad del premio tendría que ser para ti. ¡Salve a la reina suprema y señorita indiscutible de la cocina! Pero recuerda que aprobaste Naturales en la 3º evaluación gracias a servidora :P.
Luego llegó el momento de entrar en acción. Ya posicionados exactamente en el mismo lugar del año pasado, expliqué la táctica a Pablo. Todo estaba en una chuleta que traía en el bolsillo del vaquero. Íbamos a hacer cuatro tipos de pinchos, para lo cual cogí cuatro bolsas, las numeré y ordené allí todos los ingredientes. En la chuleta apunté paso a paso lo que había que hacer. Sacamos el tenderete y comenzamos picando tomates, huevo cocido, palitos de cangrejo y pepinillos. Como ninguno de los dos eramos expertos en picar, constantemente nos cambiábamos el puesto, tirando alguna que otra bolsa. Los organizadores, jurado, profes y compañeros ya pasaban por delante de nosotros y nos preguntaban la tediosa incógnita de que estábamos haciendo. Ensalada, ensalada, ensalada y mil veces ensalada. Necesitábamos un nombre más chulo y como eran cuatro platos los numeré por estaciones. Así de fácil. No habíamos acabado de picar cuando se presentó al regimiento de chicos/as de nuestras dos clases. Dijeron que ellos también querían picar. Al principio me lo tomé a broma. Luego, cuando preguntaban que podían hacer y que  si sobraba algún cuchillo, empecé a darles trabajo. Así fue como en cinco minutos teníamos a 15 chicas a mi alrededor trabajando sonrientes. Hacían de todo y no se quejaban. Así la producción de pinchos avanzaría considerablemente y, a más gente, más diversión. Me sentía Tom Sawyer con la valla que había que pintar de blanco. Toda la mañana trabajando. Tú, pica esto, el de más allá, echa más salsa, eh, átame el zapato que tengo las manos pringadas. Acabamos en un santiamén. Por eso, y para agradecer de alguna forma la ayuda habríamos los palitos de cangrejo (que resultaron gustar a todo el mundo), sacamos panecillos y compramos un pack de cecina (aún no sé para qué) en el Mercadona que completó nuestra recompensatoria comida.
Presentamos el postre, vinieron los jurados, probaron y pusieron nota a toda la comida. Sin duda el premio se lo llevó el Bibliotecario (OTRO AÑO MÁS, menos mal que para el año que viene ya no estará :P), con sus "Champiñones a las brasas con miel y mayonesa". Todo el mundo hablaba del plato triunfador y masas de gente iban a probarlo, dejando de lado nuestros desgraciados pinchos. Solo sé dos cosas: 1) Qué yo fui la primera en probar los champiñones del Bibliotecario (lo hice cuando nadie se enteraba, echandolé un poco de morro) y estaban de muerte. 2) Por algún despiste del momento confundí el queso de untar con el requesón, y estropeé garrafalmente uno de mis pinchos.
A las doce, cuando el auténtico buffet libre se declaró abierto y todos los alumnos y profesores se tiraron a la gran variedad de comida como leones hambrientos, Pablo y yo nos fuimos al Chocoloquio Filosófico de la biblioteca. Allí estuvimos hasta la una y media, hablando de soluciones para la mejora del sistema. Solo cabe destacar de tan interesante encuentro el que el profe que servía el chocolate me lo tirara en un descuido encima de mi inmaculada camiseta. Sobrevivo a una frenética jornada de cocina sin mancharme y afronto la difícil tarea de intentar no mancharme de chocolate mientras hablo, pero cuando ya he destruido el mito de Carmen Lamparotes que me persigue desde que el mundo es mundo, aparece un profesor que me tira el chocolate por no haberlo hecho yo. Fantástico.
Cuando volvímos al pabellón del concurso descubrimos aterrorizados que allí no había gente, ni mesas, ni comida, ni champiñones, ni nada. Solo nuestras humildes bolsas y abrigos en un rincón. Inmediatamente y con un mal presentimiento recordé las flaneras de metal que había llevado para poner en ellas la ensalada. La gente las cojía como vaso y cuando las acabara las dejaban el la mesa. ¿En qué mesa? Aquello estaba más vacío que la nada. Tenía que encontrarlas. Pregunté a las chicas que lo organizaban, a la gente que me cruzaba, a mi amigas allí presentes, a la pared, al conserje... Nadie lo sabía. Incluso llegué a discutir con la chica que lo organizaba. Una amiga me disculpó ante ella diciendo que cuando algo escapaba a mi control me ponía de los nervios. Yo solo tenía en mente la bronca que me iba a caer cuando llegase a casa. Por increíble que parezca, eran el 2º objeto de cocina que perdía o estropeaba en la semana. Soy toda una calamidad. Todos se fueron y yo quedé sola con esta amiga, decididas a seguirles la pista a las desaparecidas flaneras. Preguntamos a nuestras profesoras de Lengua que buscaron teléfonos de profesores/as que estaban cuando se desmanteló todo y que podían saber algo. La primera hipótesis era que al recoger todas las sobras mis flaneras y otros objetos que más gente se había olvidado debían haber sido recogidas por algún profesor presente. La pista nos llevó a llamar a casa de los profes y diversas gestiones infructíferas. Cuando Carmen Jones en búsqueda de las flaneras perdidas ya estaba a punto de desistir y volverse a casita, decidimos volver sobre nuestros pasos por última vez y rezar para que aparecieran milagrosamente. Así pues llegamos hasta el gimnasio. Recuerdo perfectamente como Laura, la amiga que estaba conmigo, me decía :"¡Cuidado, puede estar Alfredo por aquí!". Alfredo, para el que no vaya el que/ la que no vaya a nuestro instituto es el profe de gimnasia más famoso. Con él, las clases se convierten en unas inolvidables sesión en el ejército. Sí, como en las pelis, de esto que te preguntan delante de todos los demás: "¿Es usted tonta o se ha escapado de Asprona?". Eso me pasó más veces de lo que pensáis. Además, castiga a la antigua, con reflexiones escritas vulgarmente llamadas copias de 545 líneas. Las clasifica por modelos. Interrumpir al profesor, 3 folios de modelo 1. Gritar cuando él no está, 5 folios de modelo 2. Perder un balón, 7 folios de modelo 3. Perderse cuando salimos al parque a correr el kilómetro, 10 folios de modelo 4 y una mirada asesina.
Y, sí queridos lectores, fue este el profesor con el que nos encontramos nada más entrar en el gimnasio. Fue este el que casi me mata del susto con un intimidador "¿Qué hacen ustedes aquí?". Brevemente le pregunté si había visto 8 flaneras de metal, del concurso de gastronomía, que era muy importante. Mientras yo quedaba como una idiota pensando en alto y haciendo tribulaciones de si las habría encontrado, Alfredo puso cara de tigre de Bengala ya entradito en años (debe de tener 60, y hace mortales con trampolín) y me dijo que sí, que sí que las había visto. Dí gracias al señor de los/las despistados/as. Que se había pringado las manos rescatando 6 flaneras de entre toda la basura, que se había preguntado de quién serían y que las tenía él. Las otras dos habían acabado en la basura. Me quedé callada como esperando a que me diera mis flaneras. Pero me dijo que ni hablar, que si eso volviera después de vacaciones a suplicárselas de rodillas y me mandó hacer unas reflexiones escritas, vulgarmente llamadas copias, sobre la responsabilidad. Y tampoco faltó la dichosa preguntíta de si "¿Usted es tonta, señorita?.
Ahí no acabó la cosa. Nos obligó a salir del instituto (que ya lo iban a cerrar), nos sacó a la calle y nos llevó enfrente de los contenedores. Concrétamente, enfrente del verde orgánico. Nos lo abrió y sacó la bolsa donde estaba todo del concurso. Nosotras solo teníamos una vaga idea de qué quería que hiciésemos. Me dijo que mientras Laura sujetaba la bolsa yo hurgase y revolviese en busca de las condenadas flaneras. Después de explicármelo tres veces más para que me hiciera a la idea de que tendría que revolver en la basura en medio de la calle, se fue, dejando a su paso palabras de profundo rencor y venganza por mi parte. En realidad fue un "Me las pagarás, Alfredo, me las pagaráaaaaaaas!!!!". Creo que lo hizo para vengarse de que haya sido yo la que le haya puesto un mote. Fredi. Fredinski. SuperAlfred.
Mis manos se embadurnaban de tarta de chocolate, servilletas usadas y otras delicatessen mientras los joviales niños del cole San Claudio salían. Los padres mi miraban con cara de risa, y los niños como si estuviera loca. Lo parecía, ya que hablaba en alto sola, intentando explicar la situación. Aquella basura desprendía un pestazo horrible. Por fin, y entre gritos de aleluya, encontré las dos flaneras. Volví a casa con las manos pringosas de basura y apestando. Nadie se quiso acercar a mi. Malditas flaneras de las narices.

Ahora las otras 6 flaneras las tiene Fredi, supongo que tendré que ir a recogerlas a la vuelta. Igual preparo una redacción de las mías para leérselas en alto en la clase. Sería un espectáculo digno de ver.
El ganador fue el Bibliotecario, pero el premio creo que eran 6 euros. Estamos en crisis. Pero por lo menos quedamos en 2º puesto. Sí, esto es lo raro. Quedamos segundos...porque solo participábamos dos en la categoría de salado.
Siento no tener ninguna foto del evento para enseñárosla. By Carmen =)

domingo, 1 de abril de 2012

Mercadillo de sucesos antevacacionales

Hola queridos lectores!!! Bueno, después de este inciso sin publicar nada, aquí estoy de nuevo, con muchos posts atrasados. ¿Y sabéis por qué no he publicado nada? Porque cierto ciruelo traspapeló la contraseña y no he podido acceder a blogger. Ya veis qué bien. Por suerte el orden y la contraseña han sido restablecidos y yo puedo seguir haciéndoos momentáneamente felices y ligeros de preocupaciones. 
Se ve que no hay fotos de medio cumple
El día 16 de abril acontecerá un suceso inusitado, un suceso tan improbable que aún me parece mentira. No, no es que volvamos a las tediosas aulas después de una semana de tediosas procesiones. EL 16 DE ABRIL CUMPLIMOS MEDIO AÑO, QUERIDOS LECTORES!!!! Parece increíble que hayamos llegado hasta aquí. Si es que hace nada que estábamos presentándonos, con nuestras joviales frases de principiantes. Eramos un bonito bebé-blog, con sonrosadas mejillas. Ahora somos un niño-blog de unos dos o tres añitos, que prueba a meterse todo lo que pilla en la boca. ¿Qué ha pasado en este tiempo? No mucho, la verdad. Empezamos siendo tres y ahora somos dos, dos náufragos perdidos en el escritorio de blogger que no se ponen de acuerdo ni para elegir una contraseña. Hasta ahora esto nos ha servido (a mi por lo menos) para conocer a mucha gente interesante con mismas o parecidas aficiones. Y, por supuesto, el gran agradecimiento os lo lleváis vosotros, queridos lectores, que aguantáis nuestras faltas de ortografía, nuestros periodos sin publicar y las churro-entradas. Desde la redacción de este rinconcito simple del gran y complejo mundo, os queremos dar las eternas gracias por ayudarnos a llegar hasta aquí.


Bueno, y ahora que ya hemos pasado la parte sentimental y aburrida, vamos a lo interesante. Los que van al Padre Isla (desaforado insti de León, ya viejo el pobre) sabrán que mañana (lunes 2) comienzan las FIESTAS DEL INSTITUTO 2012, esas donde se hace un poco de todo. Todo tipo de deportes, juegos de mesa, de cartas, gimkanas, concurso de imitaciones, exposición de pintura, exposición de química, sesión de planetario, Gran Gala y concurso de cocina entre otros variopintos espectáculos se celebrarán entre mañana y pasado. Hago notar que, a causa de la crisis (supongo), este año no habrá verbena ni te dan un ejemplar del horario de fiestas a cada alumno. El que lo quiera lo puede ver por los pasillos (si alguien no lo ha roto o usado como papel del váter, ya que este producto de aparente primera necesidad también escasea en el insti), y también se lo puede descargar de la página del instituto, donde encontrará más información.


El año pasado, servidora se apuntó (porque me aburría) al concurso de cocina. Pero, ¡cuidado queridos lectores, el concurso de cocina no es lo que parece! Igual soy yo, que vengo definitivamente de Marte, pero en los concursos de cocina de mi colegio la comida se llevaba ya hecha. Y así hice el año pasado. Nadie me avisó de que había que cocinarla en vivo y en directo. Y yo, tonta de mi, no me extrañé al ver que el horario del concurso empezaba a las nueve y  acababa a las doce. Sí, lo reconozco, las galletas que llevaba al concurso también habían pasado por las manos de mi madre. Por eso , cuando llegué allí con la pequeña bolsa de las galletas y una chica que lo organizaba de 2º de bachillerato me dijo que no, que la cosa no era así, me caí con todo el equipo. Ya había pagado el dinero del concurso así que la chica me animó a que hiciera "algo, como si iba al Alimerca a comprar pan bimbo y nocilla para hacer unos bocadillos". Yo me daba cabezadas contra la dura pared del gimnasio. Empezó a llegar gente. Me entró la risa tonta y decidí que de perdidos al río. Dejé al participante que tenía al lado de mi mesa a cargo de mis cosas y le dije que podía comerse las galletas (este participante es Bibliotecario, chaval de 2º de bachillerato de nombre desconocido para mi, que hace las veces de bibliotecario en la biblioteca del instituto). A una compañera de clase que pasaba por allí y a su amiga (de nombres Jessica y Merche) les pregunté si tenían algo que hacer y como me dijeron que no, me las llevé hasta casa corriendo, esperando a que me surgiera una brillante idea que me sacara del ridículo seguro (lo mejor de todo es que acabé en un ridículo aún peor).
Por supuesto, la casa estaba patas arriba. Como me había dormido por la mañana no había tenido tiempo ni de hacer la cama, ni de recoger el desayuno ni de hacer ninguna de esas entretenidas tareas a las que os aseguro que estoy acostumbrada, aunque no lo parezca. Incluso el bote de la pringosa mermelada dietética estaba sobre la mesa llena de migas. Distraje a mis momentáneas invitadas ofreciéndoles unas tostadas frías que rechazaron amablemente mientras trasteaba en la despensa. Otro problemilla era que no tenía (ni tengo) la más pajolera idea de donde están la mayoría de las cosas en mi propia casa. Por eso busqué la leche en las especias y los huevos donde los platos de cocina. Yo, sin quitarme el abrigo siquiera, estaba creando la más espantosa, quijotesca y adversa idea que podía habérseme ocurrido. Esa idea tenía un nombre concreto (no, no es suicidio). Crêpes. Lo único que había seguido con auténtica pasión de las clases de francés. Busqué mi mochila, saqué una más que doblada receta en francés que la profesora había tenido la delicadeza de darnos, pero no para estos casos. Como también tenía que haber un plan B, agarré unos panecillos para bocadillos y un bote intacto de Nocilla. Metí el salero en el bolso lateral de la chaqueta (cosa de la que luego me arrepentí, niños, nunca hagáis esto en casa), y los dos huevos necesarios en los bolsillos frontales. Mientras, Merche y Jessica observaban perplejas mi lunática fiebre de ideas, puesto que yo hablaba para nadie en voz alta, pegaba repentinos chillidos cual mirlo afónico y corría enredándome a cada paso por la destartalada casa.
Una vez provista de los mencionados objetos, más la sartén de la que estaba enamorada mi madre (en términos gastronómicos, se comprende), un par de platos de cocina y la batidora, todo ello abarrotado en una bolsa del Carrefur (Planet); me dispuse a volver al plató de mi experiencia.


Los patos, ranas y todo tipo de seres vivientes que podía haber en el pequeño estanque que había que atravesar para llegar al instituto pestañearon (si es que las ranas tienen pestañas) al ver pasar a otra criatura ataviada con un chaquetón vaquero de los 80 y una bolsa excesivamente cargada. Pintoresco paisaje, ¿no creéis queridos lectores? Sobre todo sabiendo que yo era la extraña criatura que abría aquella cómica comitiva. Yo solita cargaba con la bolsa, llevando al límite la risa que podía producir mis pasos, más bien parecidos a los de Charlot en esa ocasión. Cuando llegué, la chica de bachillerato había ido al departamento de química a pedir un hornillo de gas (no fue la última vez que recurrí al departamento de química, al cual agradezco sincéramete su masiva participación en mis locuras). Así, a lo largo de la mañana, intenté cocinar unos crêpes "sobrelamarcha", aunque solo fuera por hacer algo. Mis compañeros de clase se pasaban por allí, me ayudaban, comían mis inconcursadas galletas y charlaban conmigo mientras tiraba la masa del crêpe al techo. También mis profesores pasaban por allí y charlaban, comentaban y me dedicaba una sonrisa que decía "Moríste con las botas puestas". 
Como no tenía ninguna profesora de francés que me ayudara, pronto descubrí que mis esperanzadores crêpes eran pequeños monstruos de Frankestein, y yo era el propio Victor Frankestein, aterrorizado ante su creación. Por eso, antes de que los mounstruitos mataran al jurado de asco los rellené de nocilla mal untada y los camuflé entre los panecillos de azúcar y mantequilla. Aún así mi creación era algo intragable y casi incontemplable, ni siquiera el crêpe estaba hecho del todo. 
Derrotada, dejé la maldita creación en la mesa de muestras, junto a un arroz fantástico, unos canapés preciosos, una piña colada deliciosa y una tarta salada magnífica. Me retiré lacónicamente al Chocoloquio Filosófico, pequeña charla organiza por un profe de Filosofía, a la que acudían profes, alumnos de filosofía mayores y yo. El truco de que fuera la gente era que mientras se debatía se comía chocolate con churros. Cuando tuve la taza de chocolate caliente entre mis manos, las voces de los tertulianos se alejaron de mí a pesar de que estábamos todos encajetados en una habitación pequeña, y solo pensé que menos mal que el chocolate no lo abría hecho yo, porque ya estarían todos muertos de indigestión, antes de poder decir si era mejor tener o ser.
No se como acabé, supongo que última. A partir de ahí solo recuerdo que cedí las sobras de mis galletas a la gente que había por allí y me concentré en devorar la ensaladilla rusa con extra de mayonesa junto con mi profe de gimnasia, cual bebedor que se retira a su bebida para olvidar. Probablemente pasaron más cosas, pero mi memoria selectiva ha hecho que me olvide de ellas.


Y todo esta historia de tan larga extensión por la que me vais a perdonar y que me ha llevado 2 horas de frenética redacción, viene a cuento de que este año, queridos lectores, este terror andante de la cocina vuelve a la carga. Todo el que esté interesado en contemplar un episodio similar (porque estoy segura de que ocurrirá), puede pasarse a verme en el Padre Isla a partir de las diez, y darme el pésame por mis futuras tartaletas saladas. Esta vez tendré, para vuestro mayor deleite, un colaborador de nombre Pablo y que tan bien conocéis. 
"Como pasar de ligera emprendedora en la cocina a terrorista de la gastronomía en una sola mañana", no se puede perder esta obra de Carmen Reivelo, ya en su librería. 
By Carmen :P