martes, 27 de agosto de 2013

Rosa + azul = violeta.

Hola queridos/as lectores/as!!!  He estado pensando. Pero pensando de esto que siempre acabas indignado/a. Y al final decidí intentar resumirlos en algo coherente. Vaya, que me voy a poner a criticar :)
No me preguntéis por qué extrañas circunstancias acabé dándole vueltas al tema del sexismo en los juguetes infantiles. Os lo diré. Creo que por primera vez haciendo zapping tuve oportunidad de ver las secuencias de una película de Barbie. Ya sabéis, de esas que sacan cómo churros, dirigidas solo a niñas, en las que siempre hay una princesita de rosa y un final feliz con boda y perdices. O igual no lo sabéis porque todo ese submundo de lavandería de cerebros permanece tan solo visible y existente para las niñas de hasta ocho años. Ósea que el resto del mundo no nos enteramos, o no deberíamos de hacerlo, de los roles que se transmiten y reproducen cansinamente de generación en generación a través de lo que es PURO NEGOCIO.

Antes de continuar, quiero dejar clara una cosa. El feminismo es el pensamiento que defiende la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. El feminismo no es lo contrario del machismo, eso se llama hembrismo. Soy, y muy orgullosamente, feminista.

Entonces, una vez tuvo introducido en mi cerebro el estímulo creativo e indignante, me informé algo más por Internet sobre el asunto, y además pude hacer uso de mi propia experiencia. Vosotros también habéis sido niños/as, así que me atrevo a confirmar que aún recordáis los pasillos de las jugueterías en la época de Navidad. Sí, todos esos pasillos atestados de cajas con envoltorios brillantes de plástico, y detrás de los envoltorios, la felicidad. Parad la escena retrospectiva. Stop. ¿Por qué aún lado del pasillo todo es azul y al otro todo es rosa? ¿Quién se ha sido el malvado que se tragó los demás colores?

 La historia de siempre: los chicos juegan con los coches y los muñecos de acción de superhéroes y espías; y las chicas con los bebés, las muñecas, las cocinitas y los sets de maquillaje. Por una parte, desde niños/as, nos hacen creer, tanto a chicas como a chicos, que la imagen "correcta" de lo que deberíamos ser está reflejada en esos juguetes.
Hombres de dos metros, fuertes y valientes, conduciendo coches temerariamente o persiguiendo a los malos entre mil peligros. Mujeres (¿presumiblemente rubias, gracias a la Barbie?) de cintura de avispa y tacones de vértigo, que sean super-top-models y que derrochen estilo y glamour a cada paso que den para que todos los chicos caigan rendidos a sus pies. No, no me digáis que exagero. Os daré pruebas de ello. Aquí tenéis las descripciones dadas por la página web de Barbie en España de sus personajes de una miniserie sobre la vida de Barbie y su curia de lo más enfermiza.

BARBIE-Seamos realistas, Barbie lo tiene todo. Es una estrella de la moda con una mansión magnífica, las mejores amigas y el novio perfecto, que encima está loco por ella. Es buena en todo lo que hace, sin dejar de ser humilde y amable, y siempre está dispuesta a ayudar a sus amigas ante cualquier dificultad. Por eso todo el mundo la quiere.
KEN- Es el mejor novio del mundo. Además, quiere ser el chico perfecto para la chica perfecta, aunque todavía no ha llegado al nivel de Barbie. Le encanta inventar los artilugios más raros para facilitarle la vida a Barbie; sin embargo, a veces consigue justo lo contrario. Es cierto que sus locas ganas de ayudar pueden llegar a causar algún contratiempo, pero su corazón no para de latir: ba-ba, ba-ba, ¡Barbie!

¿Queréis mi opinión de lo más intolerante? Sencillamente vomitivo. No puedes decirle esto a una niña de siete años. No puedes decirle que "tenerlo todo" es ser una estrella de la moda, con un casoplón terrible, amigas forever de la life y un novio guapisísimo (¿coeficiente intelectual, por favor? ¿Londres es la capital de...?). Vamos, que raya y pasa la perfección, un angelito rubio al que le cuestan tan solo las clases de mates. Anda, pues va a ser que sí que tenemos algo en común. Albricias.

Un apunte más sobre las Barbies: según un estudio, hay dos etapas basadas en una relación de amor-odio con las muñecas que acaba mal. En una primera etapa, las niñas juegan con ellas e intentan imitarlas. Pasados los ocho años, se dedican a decapitarlas, cortarles el pelo, mutilarlas o meterlas en el microondas, como desprecio de lo que representan. En fin, será que a mi lo del pacifismo me viene a que nunca decapité a una muñeca porque nunca tuve una. Las donábamos a Cáritas en el momento en el que la había regalado se daba la vuelta.

Así que ya véis, los chicos a vuestras aventuras de acción constante y las chicas a dar el biberón a los bebés. No, lo siento majos, no creo que podáis jugar vosotros con el estudio de moda. Supongo que en el lado de la línea rosa no podremos ponernos unos guantes de boxeos y darnos de tortas para quitar el estrés. Bueno, tal vez sí que podamos hacer una fiesta de pijamas solo para chicas con manicura y tests para saber si eres guapa o no incluidos. Divino de la muerte.

Hay algunos/as que pueden alegar que está demostrado, sin que esto sea nada malo, que a las niñas les atrae más jugar con muñecas. ¿Pero cómo puedes decir que te gusta más jugar con muñecas si nunca has probado otra cosa? Para decidir qué te gusta más, tendrás que conocerlo todo. Tendrás que ponerte a jugar también con los coches de Hot Wheels. Y luego, que cada niño/a decida libremente que le gusta más. Pero, por favor, no dejéis que los infantes de este país estén avasallados por esas voces de los anuncios: unas que hablan rápido y con ferocidad, y otras que tararean canciones estúpidas y rién tontamente.

 Demonios, basta de sexismo, dadles unos peluches y unos castillos de Lego. Eso es con lo que yo jugué toda mi infancia, y con lo que podría jugar cualquiera. Que nadie nos diga cómo tenemos que ser y con qué tenemos que jugar. No restrinjamos la libertad de los/as niños/as de esa manera, no les condicionemos para convertirlos luego en adolescentes, adultos que tan solo representen más o menos bien  su rol.
Para el/la que pensaba que no había luchas por luchar al alcance de nuestras manos mortales de ciudadanos de a pie, se equivoca. Empezar es tan fácil como aficionarse a las "/as". Porque todos/as somos iguales. By Carmen:D
Pd: ya podéis votar en la encuesta respecto a este tema.



sábado, 24 de agosto de 2013

"Los caballeros de la mesa cuadrada": conejos asesinos y caballos invisibles.

Hola queridos/as lectores/as!!! Hoy quiero hablaros de una película, pero no en tono de reseña. En tono de "esto deberíais de verlo para poder morir en paz". Vamos, que a mi me ha entusiasmado.
Llegué a la película en cuestión, "Los caballeros de la tabla cuadrada y sus locos seguidores", dando vueltas por Wikipedia, curioseando, pasando de una cosa a otra. Acabé informándome sobre los Monty Python, un cuarteto de cómicos de la Inglaterra de los setenta. Según leí, fueron una auténtica revolución para el humor, ya que basaban sus sketchs y gags en el absurdo y la crítica social. Vamos, sus Beatles en cuanto a la comedia. Bien, pues esta es una de sus películas, donde se puedo comprobar lo que he dicho la mar de bien.
El argumento es de lo más sencillo y puede que repetido: Arturo, rey de los bretones, parte en busca de los caballeros más audaces y valerosos para que le ayuden a cumplir la misión divina que les ha sido encomendada: buscar, encontrar y proteger el Santo Grial. Estamos en la Inglaterra del 962.
(¿No os recuerda esto a "Un yanqui en la Corte del Rey Arturo"...Humm, que maravilla de libro:)
Bien. Todo eso sería muy normal y aburrido si no fuera varias razones. No hay caballos, por ejemplo. Es que el presupuesto de la película no daba para tanto, en serio, lo decía Wikipedia. Así que, nada, a falta de pan buenas son tortas. ¿Qué no hay caballos? Pues ponemos a cada caballero un sherpa que haga el sonido de los cascos de los caballos contra el suelo, a base de cocos vacíos; y todos tan felices. Se tendrán que enfrentar a brujas que son brujas porque pesan lo mismo que un ganso; a groseros y soberbios franchutes que se saldrán con la suya; monstruos repugnantes con mil ojos de dibujos animados; misteriosos caballeros que luchan sin ninguna extremidad; adivinos sagaces y malvados; tentadoras muchachitas recluidas en castillos; gigantes con tres cabezas; campesinos anarquistas con grandes conocimientos de ciencias políticas; juglares que cantan y bailan algo de claquet, oficiales de Scotland Yard...y el más mefistofélico, feroz, sangriento y aterrador guardián del Santo Grial: un lindo y adorable conejito blanco, esponjoso como las nubes. Ósea, un salvaje asesino psicópata que no dudará en cortarles la cabeza a los caballeros más valientes.

¿Cómo lo veis? A mi me parece una maravilla. Es una manera genial de reutilizar la clásica historia del rey Arturo, pero en vez de hacer una adaptación con muchos efectos especiales, sangre y radiantes guerreros, pues van y ruedan esto. Todo low cost, muy creativo y bien hilado. Una buena música de acompañamiento, mezclas de realidad, efectos especiales rudimentarios pero que no pierden su gracia, y partes animadas con recortes de viejos libros medievales. Todo ello regado por situaciones absurdas, diálogos ingeniosos y un final pasmoso. Dura poco, no más de hora y media; e incluso cuenta con unos créditos curiosos.
Os recomiendo que la veáis, como siempre, pero esta vez para haceros más jugosa la sugerencia, os voy a dejar la película entera en español aquí, así que podéis verla ya mismo si gustáis. Espero haberos convencido como me convenció a mi la película.
By Carmen:D


martes, 20 de agosto de 2013

Llamamiento a las armas.

Hola queridos/as lectores/as!!! Yo tampoco pensé jamás que haría un llamamiento precisamente a las armas. Hasta ahora, a lo único a lo que he llamado es a cenar. Pero así es la vida, y tengo poderosas razones para emprender un asunto tan contrario al espíritu hippy.
Estamos a 20 de agosto. Hace dos meses apenas había un alma en el instituto. Los esclarecedores datos de una encuesta realizada a los adolescentes que conozco, de todas las clases, revelan que este verano se nos está haciendo demasiado largo. Quién lo iba a decir. Te los cruzas por la calle, te dicen que se han ido un mes de intercambio a Inglaterra, que han hecho tal y cual cosa. Intentáis sacar el clásico temazo de las clases, a ver en cual caemos, que profesores hay (Alfredo, te recomiendo que te alejes de mi futura clase, por nuestro bien) y los mismos rollos de siempre que al principio te tenían en vilo noches enteras, hasta que acabas por pasar de ellos inteligentemente. Pero esta vez el tema falla, porque siempre hay alguien que responde por los demás diciendo "Bah, no vamos a pensar ahora en ellos porque todavía queda mucho para la vuelta." Y te dices: "Demonios, es que es verdad, casi es un mes. Si es que todavía me queda un mes sin que nadie me diga lo que tengo que hacer, ni deberes ni exámenes, ni toda la presión, ni nada de nada."
Entonces sientes un enorme vacío interior a la vez que te recuerdas en el pasillo por haber llegado tarde a la clase de Tagarro (matemáticas un lunes a primera hora. Hay que ser Speedy González para llegar pronto). Pero a ver quién es el guapo/a que declara en voz alta que echa de menos el instituto. Por otra parte, todos nos llenamos de proyectos y sueños hasta los topes al principio del verano (los que se pasan de optimistas e ingenuos son los que hacen una campaña, de nombre, por ejemplo, Operación Don't Stop). Pero hay algo extrañamente sobrenatural y seductor en las sábanas de la cama que te impide levantarte antes de las once, el mismo rastro de manzana envenenada de la bruja que hay en las tardes que te pasas abrazado/a al sofá, con la tele encendida tragándote los documentales de La 2, la telenovela venezolana de La 1 o lo que sea. Sé de lo que me hablo, me incluyo en la lista de afectados.

Estos dos principales problemas dan lugar a los siguientes síntomas: "Me aburro", "No me importaría volver a clase", "Estoy harto/a de hacer todos los días lo mismo". Y, vete tú a saber, a más tiempo que pase, la cosa irá a peor. Todos los adolescentes del país con esta enfermedad convertidos en zombis. ¡Vamos, no nos podemos permitir esto, por mucho que nos gusten las historias de zombis y vampiros! ¡Tenemos casi tres meses (que, quieras que no, es un mundo) para hacer (más o menos) lo que nos dé la gana! ¡Hasta los que tienen que hacer recuperaciones! ¡No me digáis que vais a pasarlos pegados como auténticos imbéciles integrales a un sofá! ¡Que se supone que somos la juventud de este país, el espíritu de cambio y rebeldía, el movimiento constante, la energía en estado puro! ¡No se nos debería de resistir nada! ¿O me vais a decir que dejáis todo eso para dentro de diez o quince años? Ahora o nunca.

¡Hago un llamamiento a las armas a toda persona o cosa de este país que se aburra sin motivo, que le falte chispa en la vida, que tenga que pedir sal nada más levantarse para sazonar los días, que se sienta hormiga insignificante en el Gran Universo, que piense que ya está todo hecho, inventado y probado! Un llamamiento a las armas tan poderosas que son la imaginación y la ilusión, elementos indispensables de las personas! (Tranquilos, no hace falta descargárselas de la App Store, vienen de nacimiento. Al menos hasta ahora...) Hay miles de millones de cosas por hacer, alguna te tiene que valer a ti, ¿no? Solo se trata de buscar, de darle un poco al tarro por una vez en todo el verano, de hacer imaginar grandes proyectos y ponerles toda la ilusión del mundo. Dejemos de levantarnos de la cama a la espera de otro día como todos los demás, aburrido, monótono. Y aunque no consigamos que nos secuestren los marcianos o atracar un banco, hacer más o menos divertida la vida depende tan solo de nosotros mismo. Sí, digáis lo que digáis. A mi, si me pillas en un buen día y me encierras en una habitación oscura sin ventanas, acabaré riéndome a carcajadas yo sola.

Estamos en el mundo. Pisamos con asco un suelo (lleno de chicles aplastados) que en algún momento serán de nuevo polvo en el universo. Como nosotros. Haber visto la primavera ya quince veces y seguir flipando al ver cómo florece un árbol no es de estúpidos. No tengo ninguna intención de morirme habiendo perdido un solo día de mi vida, ¿y vosotros?  Es la mejor sugerencia que os puedo hacer: ponedle banda sonora a vuestros pasos, que os hierba la sangre constantemente, haced todo lo que podáis hacer en un día, sea útil o no. Ahora no tenéis que presentarlo ante nadie. La libertad tiene que ser una ayuda que nos conduzca hacía cosas mejores, no que nos tenga estancados en nuestro mundo mediocre de rutina.

Oigan, a mi me tocó crecer con los principios de Phineas y Ferb. Lo llevo en la sangre. Hace años que sé de memoria la canción de los créditos. Y, pensaréis que soy una soñadora, pero no soy la única (como dice "Imagine":), se pueden hacer montañas rusas en un día. Me niego a quedarme sentada. Me niego. El verano es mio y esta es mi revolución, que pienso extender por mi entorno aunque fracase. Levantaos y andad. By Carmen:D

viernes, 16 de agosto de 2013

De cómo fui iluminada por el Mensajero Alado de la Teletienda y éste me reveló La Verdad Alimenticia.

Hola queridos/as lectores/as!!! I've got a dream. He tenido un sueño. Y os lo voy a contar.

Así estaba el tema por allí.
Al principio tan solo es una lenta ascensión hacía arriba. Hasta aquí bien, nada nuevo. Tal vez miro un poco sorprendida al Empire State por debajo mío. Y sigo hasta el infinito y más allá. Cuando empiezo a colarme entre un panorama de nubes celestiales robadas de la cúpula de la Capilla Sixtina, ya me he hecho a la idea de que va a ser un sueño con mucha gente vestida de blanco y liras doradas. Bueno. Tendré tiempo de saludar a algunos conocidos, supongo, a ver qué quieren esta vez por ahí, si es que no les falta de nada pero siempre están dando la vara. Cuando dejé de ascender por fin, estaba tan escéptica como siempre. No era la primera vez que me encontraba delante de aquella puerta hecha de oro macizo y rematada con patos salvajes que parecían volar libres, también de oro; y no esperaba que esta vez fuera diferente a las anteriores. Nada de paraísos bucólicos con todo lo habido y por haber gratis y una Selectividad angustiosa para entrar. Dejé a la demás gente que había por allí que continuaran admirando la puerta de oro, con sus verjas enormemente altas, y caminé paralela a ella un buen trecho. Excavé un poco de nube y me deslicé hacía el otro lado como quién se tira por un trampolín. Nunca se les ocurrió pensar en eso.
Vamos a ver, aquella gente algo querría de mi, y ya estaban tardando en hacer acto de presencia...Paseé un rato por allí. Llenar de aire los pulmones siempre sienta bien, sobre todo si era del aire puro que soltaban aquellos árboles repletos de billetes de quinientos. Según el cartelito informativo que había debajo de un ejemplar, el árbol venía de China, importado. En fin, ningún lugar es perfecto. Al poco rato me encontré, por fin, a Santa Teresa de Jesús. "¡Tesesita!¿Cómo tú por aquí?". Nos saludamos muy alegres y me explicó de qué se trataba. "Mira Carmen,.." me dijo. "No, no, By Carmen:D, si no te importa. Estoy trabajando, lo de Carmen es solo para cuando voy en pijama.", del dije. "Claro preciosa, ya no me acordaba. ¿Siempre buscando historias, verdad? Bueno, estás aquí por algo muy serio. Hay que transmitir un mensaje muy importante, y te ha tocado a ti.". "Vaya hombre. Pues hoy no estoy yo con muchas ganas de transmitir nada. Si es que hasta las dos de la mañana no me he dormido. No es justo. ¿Por qué yo? Anda que no habrá gente". "El caso es que tú te ajustas perfectamente al perfil necesario. Venga, que no será tan horrible. El arcángel de turno pasará por aquí en una hora o así...¿Hace un zumo de tomate antes?"

Bueno, eso era ya otro asunto. Además, ¿cuándo me he negado yo a un zumo de tomate preparado en la mismísima cocina de Teresita? Y luego, a currar. Así que vayamos a lo que importa: el Mensaje Muy Importante.

Como iba diciendo, el arcángel de turno se pasó por allí en una hora. Abandoné mi escepticismo casi sin quererlo y pasé a un estado místico saltándome el ascético. Vi la luz. El mensajero en cuestión arrastraba tras él una pequeña maleta y vestía la gran túnica blanca reglamentaria. Y ahora que lo pienso, también llevaba una corbata... Y llevaba todo el pelo, ya algo canoso, engominado, tirante hacía atrás como si fuera en un coche a más de 150. Y tenía unos dientes demasiado blancos y demasiado visibles. No había duda, aquel tipo había trabajado alguna vez vendiendo enciclopedias a domicilio. Llegó ante mi e hizo como si nada fuera con él. Se aclaró la voz y leyó en voz baja, tan solo moviendo los labios. Luego, cuando consideró que ya estaba listo para entrar en acción adoptó una pose de lo más teatrera y acompañado de gestos grandilocuentes, empezó a declamar:
- ¡Sea hoy un día glorioso por ser el día en que sea revelado a todos los mortales de este mundo La Gran Verdad! ¡Sea hoy un día glorioso por ser el día en que fue ofrecida a todos los mortales de este mundo la solución al uno de sus mayores y letales problemas!¡Sea hoy un día glorioso por ser el día en que todos los mortales de este mundo puedan escoger el camino de la salvación y comiencen a andar por él todos juntos, de la mano, unidos por una fraternidad sin par!

De esto os hablo.
En este punto apareció de detrás de los Árboles del Dinero un conjunto entero, banda y coro, de gosphel, de impecables túnicas también, que dieron ritmo y eco al discurso del mensajero. Entonces, a cada exclamación apasionada de este, por detrás se oían
decenas de voces gritando también exaltadas: "Oh, Freedom, Freedom! Aleluia! The revelation of Good! You can see the light? Oh, happy day!". Así que insertar el audio en el discurso.
- Tú, simple mortal, serás la encargada de transmitir a tus semejantes tan grande revelación. Ahora, escúchame, porque te diré en qué consiste esta gran noticia. En ese mundo donde tú habitas - sí, se muy bien en qué mundo habito, lo dice el título.- hay millones de males y desgracias que por vuestra culpa andan libres. Por estos parajes estamos tan cansados de que nos suba aquí la gente quejándose y rogándonos que mejoremos las cosas de allí abajo, que hemos decidido, excepcionalmente y haciendo alarde de nuestra desinteresada misericordia, daros a conocer la solución a uno de vuestros mayores males: el hambre. Para que todos los mortales de ese mundo puedan disponer de comida y no mueran de hambre, traída expresamente desde las Cocinas Celestiales, - claro, por eso Teresa estaba tan emocionada.- te hago acto de entrega de la receta del más grande milagro alimenticio: la hamburguesa artificial. Es esta una hamburguesa creada en laboratorios, mediante lo que vosotros llamáis células madre de una vaca muerta. Por tanto las podréis fabricar por millones, billones, trillones, en cualquier parte del mundo, solo con tener la sencilla máquina que realiza este prodigio y podréis reconfortar los estómagos vacíos de medio mundo. Y todo esto tan solo os saldrá por algunos arreglillos y acuerdos en Roma, nada del otro mundo. Así pues, corre, no pierdas más tiempo, ve a comunicarlo a todos ahora mismo y que empiecen a producir las Hamburguesas Celestiales.

Como lo oís. Por eso yo os digo: ¡Hermanos(/as) míos(/as), haced caso de lo que os dice esta humilde servidora! Ahora que este milagro ha llegado a nuestras manos, aprovechémoslo para repartir el bien por toda la faz de la Tierra!
Y así os lo comunico y quedo con mi misión cumplida, pero a la vez os advierto de que el poder supremo de este preciado bien no nos corrompa, como ya es tan habitual en nosotros, y empecemos con guerras napoleónicas a causa de una hamburguesa, porque, por muy sagrado que sea este alimento, sería para colgarnos en capirote con orejas de burro. En vuestras manos queda el dilema. Yo me retiraré a vivir austeramente a una cueva en las montañas y haré voto de silencio.
 Estas son mis últimas palabras. By Carmen:D

martes, 13 de agosto de 2013

Eso que llaman campamentos.

Hola queridos/as lectores/as!!! Hoy vamos a hablar de los campamentos de verano. Y la próxima vez intentaré hacer una reseña de cine, porque la película que estoy viendo a la vez que escribo esto está muy bien. No importa, puedo hacer dos cosas a la vez.

Creo que todos vosotros sabéis de qué van los campamentos de verano, estos de quince días en un pueblo con mucha, mucha naturaleza. Bueno, yo digo esos porque son los que me tocaron a mi hasta ahora, pero parece que ahora si no te vas un mes a una residencia de intercambio en Inglaterra no eres nadie. Entre nosotros, la economía de mi casa no está para eso. Ni creo que lo esté dentro de unos años. Así que haciendo un esfuerzo mental, os invito a que uséis la imaginación, que es lo único de lo que sí podemos echar mano ahora, y recordéis esos campamentos. A la vez, lo voy a hacer yo.
Lo primero que me viene a la cabeza si me pongo a pensar es, acompañado del delicioso sabor de la venganza bien servida y planeada, las bromas. Y, por supuesto, aquellas guerras despiadadas y sin cuartel, y muchos menos supervivientes, eran siempre chicosVSchicas.  Siempre. Recuerdo bajar en pijama las escaleras al piso de los chicos y vaciar botes y botes de kétchup en sus caras dormidas, y llenar de tierra sus sacos de dormir, esperando a ver quién de todas nosotras era la primera que explotaba de risa. Eso es felicidad. Y nos lo tomábamos todos tan en serio, que las noches que no cometíamos atentados, las pasábamos haciendo guardias en las habitaciones. Había un cuadro de entrada en la puerta, con los horarios: cada dos horas, dos personas, que tenían que despertar a las dos siguientes. Obviamente, esto nunca pasaba, porque aunque nos sujetásemos los párpados con pinzas del tendal, era imposible no dormirse a las cuatro de la madrugada después de un día de lo más completo. Modestia aparte, creo que era de las que más aguantaba despierta. Tal vez por eso tenía que dormir al lado de la puerta, para dar la voz de alarma en caso de ataque enemigo. Y vaya si la di, esa puerta abriéndose entre chirridos y luego crema de afeitar a discreción en la cara me hicieron sustituir al gallo de madrugada, cosa que no volveré a repetir.
Y así lo pasábamos, entre venganza y venganza. Luego venían los cubos de agua con toda la porquería que pudimos poner, después nuestra ropa desaparecía mientras estábamos en la ducha. En fin, qué os voy a contar.

Pero si hay algo que recuerdo con claridad es cómo me empezaron a caer mal los perros. Era el último día del campamento y había una montaña de maletas y bolsas que esperaban a que sus dueños las cogiesen. En la plaza del campamento solo había eso: maletas y un perro enorme muerto de risa. Los que cogían el bus para Bilbao se iban antes, así que cuando llegó el bus, recogieron sus bártulos y apenas quedaron dos o tres maletas. Se supone que la mía tenía que estar entre ellas. Se supone. Pero cuando quise echarle un ojo, allí no había nada, adiós maleta. Removí cielo y tierra, pregunté hasta en la cocina, pero mi maleta y mi saco de dormir habían desaparecido. Ya estaba desquiciada, cuando la luz se hizo en mi cerebro: alguien se tenía que haber confundido y metido también mi maleta en el autobús para Bilbao. Así que se hizo volver a todos los vascos, que no estaban nada felices, desde la autopista hasta el pueblecito. La cara de conductor le hubiera valido para estar en un velatorio. Me miró hacía abajo, porque de esto hace algunos años, pasando las manos por las arrugas de la arrugada camisa. Aquel tipo vivía como un ultraje personal tener que dar la vuelta por culpa de esa niña de coletas que iban danzando a cada paso. Auténtico pelo happy. Y me metí dentro del maletero del bus buscando mi maleta. Media hora después, estaba casi convencida de que había hecho volver a los vascos para nada, y eso no era conveniente.
 Allí no estaba la maleta y se empezó a sospechar del contenido de mi cola-cao. Hubo que volver a dar la vuelta y estaba claro que a mi maleta se la había tragado un agujero negro. Pero resultó que no, se la había tragado un perro. Porque no estaba muerto de risa, solo estaba esperando a tener algo al alcance de sus dientes. Como, no sé, por ejemplo, una mochila nueva y reluciente. Para que quedara bien, pero bien llena de dentelladas, y barro, y todo deshecho. El forro por un lado y la tela por otro, todo ello debajo de una marea de babas. Fue como encontrar un cadáver de mujer en la caseta del perro asesinada por Jack el Destripador. Jamás he visto un mordisco tan lindo y bien proporcionado en un DNI. Y estoy segura de que los últimos billetes de cinco que me quedaban le tiñeron la lengua de azul. Pero nadie se puso de acuerdo sobre quién era más tonto: el perro por comerse mi mochila o yo por montar aquel escándalo.

Así que mucho cuidado con los perros si os vais de campamento. Son malvados. Yo aquel día no tuve fuerzas para tomar represalias, porque había pasado toda la noche sin dormir, metida en una tienda de campaña como sardinas en lata, y acabé durmiéndome encima de las lavadoras. Cosas que pasan, es lo que tienen los campamentos, se podrían llenar un libro con anécdotas de todo tipo. Pero lo mejor es ir a vivirlas en primera persona. By Carmen:D

sábado, 10 de agosto de 2013

"Pequeña Miss Sunshine"

Hola queridos/as lectores/as!!! Hoy toca cine. Hoy tocan historias de las que me gustan.
Yo estaba escribiéndoos cuando empezaron a echar esta película en la tele. Recuerdo vagamente haberla visto hace siglos, de niña, y decidí repetir. Incluso luché por el mando, increíble. Al final dejé de escribiros y me dije que antes de nada haría la reseña. Voy a hablaros de la película.

Olive Hoover es una niña de unos siete años con unas gafas impresionantemente grandes, con una melena enorme, y gorda (aunque la gente prefiere decir "gorditas" porque parece que así queda mejor, pero yo no soy gente). Su sueño es participar en el concurso de belleza para niñas "Miss Sunshine", en California. Su padre es un hombre al que las cosas en la vida no le salen bien y está al borde de la bancarrota. Da cursillos sobre la motivación profesional a los que nadie asiste y está obsesionado con el triunfo o el fracaso, los perdedores o los ganadores. Él, aunque repudie a los perdedores, lo es. Su madre es la mujer que hace de soporte para toda la conflictiva familia y que tira de los problemas para salir adelante. Ella es partidaria de decir las cosas como son y si su hija quiere ser Miss Sunshine, no importa que se vayan a reír de ella, debe perseguir su sueño. Su hermano mayor es un adolescente conflictivo (bueno, según todas las reseñas que he leído, todos son conflictivos, así que digamos que es una película conflictiva) que ha hecho voto de silencio hasta que consiga su única motivación en la vida: ser piloto de aviación. No habla, odia a todo el mundo y solo le cae bien Nietzsche. Su tío es un homosexual que se ha intentado suicidar después de un desengaño amoroso y de perder su trabajo, y piensa que son los años de sufrimiento los que te enseñan algo. Su abuelo es un veterano de guerra con un lenguaje nada fino al que acaban de expulsar del asilo por vender y consumir cocaína. Él es el que ha entrenado personalmente a Olive en el número musical que debe de presentar en el concurso para ganara.






Son una panda de fracasados. Perdedores. Conflictivos. Desestructurados. Anormales. Extraños. Amargados. En su camino solo hay piedras. Son una familia. Me encantan, son unos personajes fantásticos, condenados a perder, una serie de problemas acumulados en los límites de la familia, que tiene que mantenerse unida y continuar. Sabéis lo que adoro todas esas situaciones, los personajes amargados, las cosas que van mal...También que soy capaz de darles el fracaso tranquilamente, que seguirán siendo igual de problemáticos, pero no sin un guiño de esperanza. Y eso es exactamente lo que pasa con esta película.

Cuando Olive se entera de que puede participar, ella y toda su familia se traslada desde Alburqueque hasta California en una vieja Volkswagen amarilla. Recorreran medio país entre disgutos y buenos ratos para que su hija no sea una perdedora y consiga su sueño. Discutirán y se apoyarán mutuamente. Vencerán todas las dificultades que les pongan en el camino,  aunque tengan que cargar con las heridas para siempre. Y nunca dejarán de ser perdedores. Las cosas les irán mal y sabrán que se necesitan los unos con los otros. Lo digo así porque sobre esta película no permitiría jamás poner algún spolier. Confiad en mi, pasan muchas cosas.

Cuando llegan a las pruebas, cuando consiguen apuntarse a última hora, cuando Olive está a punto de salir al escenario, todos se dan cuenta de que si sale al escenario a competir contra aquellas artificiales barbies que son las demás chicas, será el hazmereír, será una fracasada. Olive, con sus grandes gafas, gorda y con es curiosidad en la mirada no pinta nada allí. Quieren evitarlo para que la pequeña no se sienta humillada, pero la madre les convence de que lo que piensen los demás da igual, Olive tiene que ser Olive. Y ella es así.
Cuando sale a actuar, a poner en escena el número que ha ensayado tanto en secreto con su abuelo, el escándalo es aún mayor. La gente se horroriza. Quieren detener la actuación, pero nuestra adorable familia conflictiva sube al escenario rompiendo todas las normas para unirse al escándalo y apoyar a su hija. Y rién. Y todo el mundo piensa que están locos y que son una familia desestructurada, pero ellos se ríen.

Y ya está. No gana, eso no es un spolier, lo sabemos todos desde el primer momento. Son unos fracasados, son ellos. Pero el final que hay es el estilo de "finales felices" que a mi me va. Es una road-movie que narra una carrera contra-reloj, con buenos toque de humor y momentos duros, que habla de que hay que intentar superarse. Hay que perseguir los sueños, y lo que digan los demás da igual.

"El verdadero perdedor no es aquel que no gana. El verdadero perdedor es aquel que tiene tanto miedo a perder que ni siquiera lo intenta."
Me gusta esta película. Me gusta mucho, porque se parece a lo que escribiría si hiciera guiones de cine. Para mi los personajes son adorables, piezas conflictivas únicas. Cuando acaba te deja con una sonrisa en la cara y te hace pensar.

 Tenéis que verla. Le doy un 9.5 . By Carmen:D

jueves, 8 de agosto de 2013

¡Estoy vivaaaa!

Hola queridos/a lectores/as!!! (Mm. Dejadme disfrutar del saludo antes de que la condenada linea roja empiece a subrayar las faltas de ortografía. Ya lo ha hecho. "Empiece" no va con ceta. Vaya, hombre.)

Antes de dar rienda suelta a mi soliloquio, quiero hacer justicia al título. Imaginaos la sala más oscura del más oscuro castillo gótico que vuestra mente pueda imaginar. Imaginaos pasillos llenos de telarañas y fémures que se podrían usar de escoba y calaveras que van muy bien de vasos, que os llevan a un gran portón de madera putrefacta por los siglos de los siglos. Arriba está rematado con brocas de hierro. Solo se ve un hilillo de luz, que apenas se atreve a salir de la habitación. Al otro lado, se oyen ruidos de cadenas que se mueven pesadas; y vosotros estáis diciendo "¿Qué demonios hago yo aquí? Yo quiero volverme a mi casa, esto es una casa encantada de lo más cutre", y ya os estáis dando la vuelta para regresar a vuestra (tal vez aburrida) rutina de verano, cuando oís un grito desgarrados, pronunciado más bien como ultrasonido, que os taladra el tímpano y dice: "ESTOY VIVAAAAAA".

No, no es la versión femenina de Frankestein, soy yo, que acabo de volver de vacaciones.

Qué os voy a contar. Aquí otra vez, en esta ciudad de calor pegajoso. Los de las tiendas de batidos se alegrarán al verme de nuevo. La lista de cosas interesantes para hacer en verano sigue muy gorda, así que no veo el momento de empezar a rebajarla. Veamos. Cincuenta páginas de Proyecto "PROYECTO" (¡venga ya! ¿Tú has escrito 50 páginas, tú que no pasas de un relato de dos? Ay, que me muero de risa) y la música vuelve a sonar en mi cabeza cada vez que tecleo, de vuelta en mi habitat (nunca debiste de salir del Zoo, el mundo es cruel), ya levanté todas las persianas de casa y la luz entra alegre por las ventanas abiertas (bien, entonces ya podemos pasar a la siguiente fase: ¡ponte a pasar el polvo de una vez!), ya deshice la maleta (querrás decir LAS maletas, que no sé como ha cabido todo en el coche), ya volví a dar mis queridos paseos por las calles (yo diría que corrías para no llegar tarde a casa).

Doble yo: cállate. (Me niego)

¿No os parece que aún queda mucho verano? Por lo que parece, a todos se nos está pasando leeentoo, laargoo, pero a la vez hacemos muchas cosas. Personalmente, ya estoy volviendo a tener pesadillas todas las noches con la vuelta a clase (tienes un trauma con las clases de gimnasia, querida). Bueno, me dedicaré arduamente y con ganas a devolver a este blog a la vida también (imposible, esto es un blog vampiro). Ahora que lo pienso, si me pagasen por lo que escribo, y escribiera de verdad cincuenta páginas, aunque fuera en relatos, no me importaría nada vivir así. O no. Soy demasiado sentimental como para aguantar más del verano sin oir ese bendito sonido de los ángeles que es el timbre del instituto (¿te refieres al que oyes siempre cuando estas en el extremo contrario de la clase y corres la maratón contra Tagarro?). Os voy a dejar en los laterales una lista de los libros que he ido leyendo, le voy a dar un lavado de cara a todo y antes de que digáis supercalifragilisticoespialidoso voy a estar de nuevo con un post preparado, un especial de verano (y hasta dentro de otro mes...)

Pero antes de todo eso y seguido de estas líneas, voy a intentar retener el desdoblamiento de mi personalidad, si no os importa. (No, jamás lograrás atraparme, ¡corro más que tú! Jajajaja...&)
By Carmen:D (y su lado oscuro)

Posdata: un microrelato: "Hoy me siento suicida", se dijo, y se apuntó a lista de espera urgente para operaciones del corazón de la Sanidad Pública. Descanse en paz.