No me preguntéis por qué extrañas circunstancias acabé dándole vueltas al tema del sexismo en los juguetes infantiles. Os lo diré. Creo que por primera vez haciendo zapping tuve oportunidad de ver las secuencias de una película de Barbie. Ya sabéis, de esas que sacan cómo churros, dirigidas solo a niñas, en las que siempre hay una princesita de rosa y un final feliz con boda y perdices. O igual no lo sabéis porque todo ese submundo de lavandería de cerebros permanece tan solo visible y existente para las niñas de hasta ocho años. Ósea que el resto del mundo no nos enteramos, o no deberíamos de hacerlo, de los roles que se transmiten y reproducen cansinamente de generación en generación a través de lo que es PURO NEGOCIO.
Antes de continuar, quiero dejar clara una cosa. El feminismo es el pensamiento que defiende la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. El feminismo no es lo contrario del machismo, eso se llama hembrismo. Soy, y muy orgullosamente, feminista.
Entonces, una vez tuvo introducido en mi cerebro el estímulo creativo e indignante, me informé algo más por Internet sobre el asunto, y además pude hacer uso de mi propia experiencia. Vosotros también habéis sido niños/as, así que me atrevo a confirmar que aún recordáis los pasillos de las jugueterías en la época de Navidad. Sí, todos esos pasillos atestados de cajas con envoltorios brillantes de plástico, y detrás de los envoltorios, la felicidad. Parad la escena retrospectiva. Stop. ¿Por qué aún lado del pasillo todo es azul y al otro todo es rosa? ¿Quién se ha sido el malvado que se tragó los demás colores?
La historia de siempre: los chicos juegan con los coches y los muñecos de acción de superhéroes y espías; y las chicas con los bebés, las muñecas, las cocinitas y los sets de maquillaje. Por una parte, desde niños/as, nos hacen creer, tanto a chicas como a chicos, que la imagen "correcta" de lo que deberíamos ser está reflejada en esos juguetes.
Hombres de dos metros, fuertes y valientes, conduciendo coches temerariamente o persiguiendo a los malos entre mil peligros. Mujeres (¿presumiblemente rubias, gracias a la Barbie?) de cintura de avispa y tacones de vértigo, que sean super-top-models y que derrochen estilo y glamour a cada paso que den para que todos los chicos caigan rendidos a sus pies. No, no me digáis que exagero. Os daré pruebas de ello. Aquí tenéis las descripciones dadas por la página web de Barbie en España de sus personajes de una miniserie sobre la vida de Barbie y su curia de lo más enfermiza.
BARBIE-Seamos realistas, Barbie lo tiene todo. Es una estrella de la moda con una mansión magnífica, las mejores amigas y el novio perfecto, que encima está loco por ella. Es buena en todo lo que hace, sin dejar de ser humilde y amable, y siempre está dispuesta a ayudar a sus amigas ante cualquier dificultad. Por eso todo el mundo la quiere.
KEN- Es el mejor novio del mundo. Además, quiere ser el chico perfecto para la chica perfecta, aunque todavía no ha llegado al nivel de Barbie. Le encanta inventar los artilugios más raros para facilitarle la vida a Barbie; sin embargo, a veces consigue justo lo contrario. Es cierto que sus locas ganas de ayudar pueden llegar a causar algún contratiempo, pero su corazón no para de latir: ba-ba, ba-ba, ¡Barbie!
¿Queréis mi opinión de lo más intolerante? Sencillamente vomitivo. No puedes decirle esto a una niña de siete años. No puedes decirle que "tenerlo todo" es ser una estrella de la moda, con un casoplón terrible, amigas forever de la life y un novio guapisísimo (¿coeficiente intelectual, por favor? ¿Londres es la capital de...?). Vamos, que raya y pasa la perfección, un angelito rubio al que le cuestan tan solo las clases de mates. Anda, pues va a ser que sí que tenemos algo en común. Albricias.
Un apunte más sobre las Barbies: según un estudio, hay dos etapas basadas en una relación de amor-odio con las muñecas que acaba mal. En una primera etapa, las niñas juegan con ellas e intentan imitarlas. Pasados los ocho años, se dedican a decapitarlas, cortarles el pelo, mutilarlas o meterlas en el microondas, como desprecio de lo que representan. En fin, será que a mi lo del pacifismo me viene a que nunca decapité a una muñeca porque nunca tuve una. Las donábamos a Cáritas en el momento en el que la había regalado se daba la vuelta.
Así que ya véis, los chicos a vuestras aventuras de acción constante y las chicas a dar el biberón a los bebés. No, lo siento majos, no creo que podáis jugar vosotros con el estudio de moda. Supongo que en el lado de la línea rosa no podremos ponernos unos guantes de boxeos y darnos de tortas para quitar el estrés. Bueno, tal vez sí que podamos hacer una fiesta de pijamas solo para chicas con manicura y tests para saber si eres guapa o no incluidos. Divino de la muerte.
Hay algunos/as que pueden alegar que está demostrado, sin que esto sea nada malo, que a las niñas les atrae más jugar con muñecas. ¿Pero cómo puedes decir que te gusta más jugar con muñecas si nunca has probado otra cosa? Para decidir qué te gusta más, tendrás que conocerlo todo. Tendrás que ponerte a jugar también con los coches de Hot Wheels. Y luego, que cada niño/a decida libremente que le gusta más. Pero, por favor, no dejéis que los infantes de este país estén avasallados por esas voces de los anuncios: unas que hablan rápido y con ferocidad, y otras que tararean canciones estúpidas y rién tontamente.
Demonios, basta de sexismo, dadles unos peluches y unos castillos de Lego. Eso es con lo que yo jugué toda mi infancia, y con lo que podría jugar cualquiera. Que nadie nos diga cómo tenemos que ser y con qué tenemos que jugar. No restrinjamos la libertad de los/as niños/as de esa manera, no les condicionemos para convertirlos luego en adolescentes, adultos que tan solo representen más o menos bien su rol.
Para el/la que pensaba que no había luchas por luchar al alcance de nuestras manos mortales de ciudadanos de a pie, se equivoca. Empezar es tan fácil como aficionarse a las "/as". Porque todos/as somos iguales. By Carmen:D
Pd: ya podéis votar en la encuesta respecto a este tema.