No sé si alguna vez habéis deshuesado un conejo para cocinarlo pero cuando ayer mi padre se puso por la labor, no se le ocurrió otra cosa que reunir a la familia para seguir atentamente la carnicería como si se tratase de un documental. En un principio aquella masa rosa casi deforme no daba un excesivo miedo pero cuando me distraje buscando su carita de conejo y hallé un ojo petrificado y unos dientes como cuchillos, todo ello envuelto en sangre, tuve que salir de la cocina aguantando las arcadas. Ríanse ustedes de los vampiros, licántropos y demás especies del género terrorífico típico de Halloween, ríanse porque ver a tu propio padre, cuchillo en mano, dandote lecciones sobre el estómago de los animales holótrofos-herbívoros no es que se quede atrás.
Por eso, no hay como tu propia casa y tus, aparentemente pacíficos, familiares para pasar un buen Halloween a la española.
Carmen
Posdata: también he de reconocer que ese mismo conejo lo saboreé hoy en la comida y estaba delicioso.
Pues en mi casa puede estar hasta 2 días colgado del armarito de la cocina el conejo.....
ResponderEliminarLo que yo te diga Dani, quieren acabar con nosotros a base de conejo indigesto=).
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