viernes, 28 de diciembre de 2012

Estoy en el Hospital. Venid a rescatarme.

Hola queridos/as lectores/as!!! Lo primero de todo, agradecer a mi querida Elisa la gran ayuda que me está prestando. Gracias, inmensas gracias a mi buena amiga por ofrecerse a mecanografiar esto mientras se lo dicto. Espero que no se harte pronto de mi, jejeje. Lo creáis o no, sin ella en este momento no habría post ni habría nada. Bufff....cómo os explico yo esto. Lo intentaré....

Este es Mr. Bean, por si no lo conociáis.
Cuando una persona tiene demasiada suerte, es relativamente normal que el mundo y el ASP (Administrador de Sucesos Predestinados, también conocido como Destino) se venguen de una vez por todas y un buen día salgas a la calle y te caiga un pedrusco monumental encima. Vosotros tenéis una ligera idea de las cosas que me pasan, así que imaginad la certeza que tiene el ASP sobre la suerte que he tenido hasta ahora. Creo que ha empezado a sospechar que tengo algún tipo de parentesco con Mr.Bean, y algo de ascendencia con Buster Keaton, un cómico que ya va la tira que murió y que era el rey de caerse y pegarse tortas por pura torpeza y además tenía una cara de pez que no podía con ella. Hasta aquí todos de acuerdo, no?


¿Recordáis que ayer os dije que iba a ver "El Hobbit" por la tarde? Ja, vaya si lo vi....Por lo menos llegué a comprar la entrada. El caso es que llegaba tarde. Ya habían apagado las luces y estaban pasando los trailers, que tampoco me ayudaban con la luminosidad. La sala era la más grande de todos los Van Gogh (los cines de León, para los de fuera), la sala 5. Yo iba con las palomitas en una mano y la Fanta en la otra (por cierto, los cubitos de hielo me estaban dando hipotermia). No podía ver si la sala estaba completamente llena o completamente vacía. Intentando vislumbrar un sitio vacío donde sentarme, no presté atención al suelo. Y en estas, resulta que desaparece el suelo recto del principio y empiezan los escalones. Yo, despistada como ninguna, no me enteré. Yo, torpe como nadie, tropecé, bueno, más bien, seguí caminando con la inclinación del pie de un camino recto continuado, y cuando me dí cuenta de que no había nada, solo aire, hice el mejor spagat (no se como se escribe, yo siempre lo he llamado espaguetti y punto. Si no lo sé hacer, no lo voy a saber nombrar) lateral que se haya visto en todo León. Para las Olimpiadas. Y, ojo, spagat inclinado, porque tenía cinco escalones descendentes entre un pie y otro. Claro, esa es la versión fácil. Porque al mismo tiempo se me cayeron las palomitas y la Fanta salió furiosa del vaso de plástico para atacarme, granizándome con sus cubitos de hielo congelados. Yo no soy nada buena haciendo el espaguetti, así que me hice daño, grité, chillé, me quejé, y conseguí levantarme un poco. La Fanta acabó de cobrar vida y se cayó a los escalones. La suela de mis zapatillas (la próxima vez iré con botas de monte) resbaló y esta vez me caí con los pies juntos, en plan patinaje sobre hielo. La gracia es que me caí hacía atrás, de esto que rebotas y parece que haces una voltereta hacía atrás. No sé si las palomitas amortiguaron la caida o no, pero por lo menos los escalones se me tatuaron en la espalda. Choqué contra la parte de las butacas que dan al pasillo, acabando de incomodar a los espectadores. Bueno, espectadores de la película no, claro, más bien de mi espectáculo. Después de esa caída yo ya estaba tirada en el suelo, lista para que viniera la CIA y rodeara mi silueta con un trazo blanco de tiza. Creo que lloraba de dolor. Mi amiga vino corriendo hacia mi y una madre que estaba con su hijo pequeño también me ayudó a levantarme. De poco sirvió, porque según me moví una punzada terrible me recorrió toda la espalda y me llegó hasta la yema de los dedos. Pedí a gritos que no me tocasen. Mi amiga cogió mi teléfono y llamó a mis padres. Los Van Gogh no se hacían responsables de nada.
El lugar del crímen.

El resto es puro trámite. Me llevaron al hospital, ese de las afueras, porque en el centro de salud la señora que nos atendía en Urgencias puso cara rara, como diciendo "Sacadme de aquí a este insecto palo y enterradlo ya". Como yo me quejaba mucho de dolor fuimos en ambulancia. No veáis lo que mola una ambulancia por dentro. En fin, yo no lo vi muy bien porque no se qué me dieron que me dormí y lo último que recuerdo es a mi madre sollozando y llamando a mis abuelos. Igual se pensó que me acababa de morir delante de ella. Ahora estoy en el hospital, en una habitación enfermiza que estoy pensando que si me voy a quedar aquí una temporada tendré que decorarla de alguna forma. Para empezar, tengo un collarín (en el cuello), la pierna en alto y con escayola, como en los Mortadelo, y un brazo en cabestrillo. 
El traumatólogo ha dicho que por Nochevieja vienen unos payasos la mar de majos, y que total, aquí por lo menos estaré acompañada por los demás niños de la sección de curas. Mi habitación es la 65-A. Mi compañera tiene quemaduras porque se quemó con el horno en Navidad. Son ridículas las batas que dan aquí, y ya he llamado a esta gente matasanos como nueve veces. Han venido los del Diario de León para ver si valía para la página de Sucesos o un recuadrito o en la portada, y preguntar si demandaría a los Cines Van Gogh. Yo les he dicho que no, que soy yo, que soy muy torpe y fue culpa mía. Además vino también la chica gótica que trabaja en los Van Gogh que os contaba ayer, a pedir perdón en nombre de todo el equipo e interesarse por mi. Por cierto, se llama Clara. Mis abuelos también llamaron: acabo de heredar las muletas de mi abuelo. Tendré que venir durante varios meses a hacer rehabilitación para la espalda. Ya he visto el Gimnasio de Rehabilitación, es como el del instituto pero hay camillas por si te pasa algo. Creo que voy en el grupo de las cinco y media. Igual hasta soy la más joven, qué ilusión. 

Menos mal que por Papá Noel recibí una tablet nuevecita, cuya función era escribiros más cómodamente. Bueno, a falta de mi portátil y el ático con goteras, tendréis que contentaros con esto. Lo dejo, que Elisa ya está harta (no me quiere dejar poner esto) de teclear, que se va a quedar sin huella dactilar. Además, ya viene la enfermera con la comida. Jo, aquí todo está soso. Espero poder escribir pronto yo misma, cuando pueda mover el otro brazo para teclear en la tablet. Igual tardo hasta la semana que viene. Pero, ¿qué os esperabais de mi? Si es que de cría me rompí la barbilla corriendo con mi patinete nuevo (seis puntos), me rompí el labio inferior cuando me caí de los columpios (seis tubos de cacao en invierno), tengo una gran ralla negra como recuerdo de mi caída por unas escaleras en Barcelona y un trozo de mi piel es sospechosamente morado porque un día, caminado por el barrio y mirando volar los pájaros me dí en toda la cara contra una árbol. Yo caí al suelo y al árbol se le cayeron las hojas.

By Carmen:D. Para ver la noticia del Diario de León, aquí.

5 comentarios:

  1. Bueno me he leído tantas veces esta entrada que todavía no sé si es verdad o es mentira, que dices?¿? Es verdad o no lo que pasó en esta historia que cuentas?¿?
    Posiblemente sea una de las inocentadas en las que te quedas con cara de, que cosas!!! Pero bueno¿?

    Saludos, ;)
    Contesta pronto.
    Por cierto, te ha quedado muy bien la entrada jejejej me gusta la foto de Msr. Been, jeje genial texto, y muy buena interpretación...

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    1. Bueeeeeno, tendré que confesar (ahora me siento un poco mala. hum. me gusta sentirme un poco mala;). Pues no. Mi integridad física se conserva bastante bien, excepto por los defectos del último párrafo, pero esto que cuento podría haber pasado perfectamente. Te lo aseguro. Es una inocentada como otra cualquiera, y lo comprobarás si clicas en la "noticia" del Diario de León, no digo más.
      Como me encanta que la broma haya salido bien:P!!

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  2. Carmen,Carmen, Carmen. He de decir que yo me lo he creído. De hecho, acabo de venir de decirle a mi padre si podía llevarme al hospital para verte hace unas 5 horas (Respuesta negativa), pero bueno. Sigue contando todo lo que te pase, es muy entretenido escuchar tus historias tan... inusuales.
    Como todavía no se si es verdad o es mentira, mejórate y felices fiestas/año nuevo, disfruta de tu táblet y ale, a comer turrones.
    Siempre leo tu blog, y me encanta, sayonara!

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    1. Te digo lo mismo que a Pablo Rodríguez. Que inocentes sois, jejeje. Te suprimí el comentario de abajo porque era una repetición de este (¿qué habrás hecho?)

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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