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jueves, 30 de enero de 2014

Retrato de una neurótica rubia de bote. Parte II

Hola queridos/as lectores/as!!! Aquí tenéis la segunda parte de mi último relato, para la sesión de Cartapacio dedicada a relato cómico. Espero que os guste! By Carmen;D

Ginger se siente desengañada, el mundo le ha decepcionado y todos la han abandonado. Tiene 20 años. Un día se mira al espejo y decide que raparse la cabeza fue una mala idea. Invierte absolutamente todos sus ahorros en un tratamiento de blanqueamiento de piel, pero el dinero se acaba a la mitad y Ginger solo consigue tener un color de plátano algo podrido. Finalmente, completa el tratamiento milagro dándose baños en detergente para ropa blanca. Luego hace una pasta de cereales de arroz inflado, pienso para canarios y polvo de hadas; y lo usa todo de tinte para teñirse el pelo de rubio.
Mientras todo esto acontecía, encontró trabajo como stripper en un club nocturno y se tomó el empleo muy enserio. Las luces de los focos de aquel tugurio fueron realmente los primeros que la alumbraron solo a ella. Sin embargo por esa época su autoestima sufrió un pequeño auge al considerarse como una eminencia del striptease. Se sabe además por los informes médicos que en empezó a consumir, sin motivo alguno aparente, grandes cantidades de carne de caballo muy hecha. Tuvo algunas relaciones de amistad con sus compañeras de trabajo, aunque cabe destacar alguna que acabó en pelea. Entonces Barbie se refugiaba en su habitación alquilada a escribir los piques del día con sus compañeras, producidos claramente por su superioridad en el trabajo. Un buen día entra en el club un gánster que se dedicaba a la venta clandestina de droga, pero debemos precisar que un gánster muy elegante y agraciado. Por supesto, aquel ganster se llamaba Ken. El romance fue inminente y su esperanzadora duración dieron fuerzas suficientes a Ginger, para escribir la siguiente tarjeta de presentación y colgarla en su camerino: “Seamos realistas, Barbie lo tiene todo. Es una estrella de la moda con una mansión magnífica, las mejores amigas y el novio perfecto, que encima está loco por ella. Es buena en todo lo que hace, sin dejar de ser humilde y amable, y siempre está dispuesta a ayudar a sus amigas ante cualquier dificultad. Por eso todo el mundo la quiere.”

Por estas declaraciones podemos deducir, queridos niños y niñas, que los síntomas de las múltiples enfermedades psicológicas de Barbie eran más que patentes. Adoptó un perfil de esquizofrénica grave, que la hacía oír voces imaginarias que la ordenaban desfilar glamurosamente a todas horas, designando el pasillo que iba a los camerinos como una pasarela de moda de París. Sufría también de manía persecutoria y un largo listado de trastornos neuróticos, recogidos en la lista de Wikipedia que se adjunta al final de esta historia. Hay constancia de que tenía desdoblamientos del yo, ya que a menudo creía ser doctora, abogada, buceadora, cantante de pop, diseñadora de moda, profesora, policía, socorrista, camarera, ejecutiva, deportista, presidenta de república, cocinera, fotógrafa, jinete, presentadora de televisión, azafata o dentista de niños por ejemplo. Así mismo, a veces creía estar viviendo en los cincuenta, otras veces en los noventa y así variando tres o cuatro veces por semana. Claro está, con todos los cambios de vestuario que estos trastornos requerían para estar a la moda, Ginger atesoró una gran cantidad de ropa que a su muerte sería legada por su familia a diversos estudios cinematográficos como ropa para las películas.

Días antes de su boda con el gánster Ken, Ginger, osea Barbie, descubre por un chivatazo que este le había estado engañando con un poeta bohemio que además tocaba la guitarra, y ahora ambos se habían escapado juntos. Quién lo iba a decir, ¿eh? El caso es que el débil corazón de Ginger quedó tan roto en pedazos cuando recibió esta noticia, ya con el vestido de novia puesto, que de repente perdió 30 quilos a golpe de lágrimas y quedó horrorosamente anoréxica para siempre. Son las consecuencias de amores así. Debido al aspecto que ahora tenía, para nada estilizado, perdió su trabajo en el club nocturno y de nuevo fue repudiada de todas partes. Intentando controlar su psicosis para no dedicarse al terrorismo masivo explotando aviones, comenzó una huida hacía el lugar más olvidado del mundo. Transilvania. Primero consiguió viajar hasta Europa y trabajó durante un año en Disneyland disfrazándose de Minni Mouse y vendiendo chicles a los niños para ahorrar el suficiente dinero para comprarse un castillo tenebroso clase B.

Una vez encerrada a cal y canto en su nuevo castillo, del que decide no volver a salir, se dedica a la escritura y el vampirismo, aficciones que combina con maestría, mordiendo siempre a unos cuantos escritores famosos invitados a cenar antes de comenzar la tarea. Primero escribe Frankestein, hábil seudónimo para el personaje que representa su propia persona e historia, y luego Crepúsculo, relatando con dolor la historia de amor que nunca tuvo. Ginger tiene 26 años y le llega la noticia de que posee también una hermanastra secreta, producto de la vida colorista de su madre, que va camino de la alcaldía de Nueva York. Aparte de esa novedad, escribe sus memorias, tituladas “Platero y yo” y mantiene una intensa correspondencia con Papá Noel. Finalmente, un trágico 29 de febrero, decide acabar por fin con su penosa existencia. Sube acelerada la larga escalinata hasta su habitación. Se enfrenta a su armario y le quita furiosa las tiras de terciopelo rosa. La dama de hierro, el infernal intrumento de tortura a base de clavos, queda de nuevo al descubierto. Anne Ginger Terence Morgan, osea Barbie, se mete dentro y cierra decidida la puerta esperando que los clavos se incrustasen en su cuerpo. Sin embargo, es tan delgada que apenas ocupa el espacio entre dos clavos y resulta ilesa.

Y este es el triste fin de nuestra historia de hoy, queridos niños y niñas y no es otra la conclusión que la siguiente: nunca, nunca, nunca jamás penséis que las maldiciones hechas con budú no se cumplen.

                                                       THE END

domingo, 26 de enero de 2014

Retrato de una neurótica rubia de bote. Parte I

Hola queridos/as lectores/as!!! Aquí os traigo mi relato de la última sesión de Cartapacio, que se ocupó del relato cómico. Esto vino a cuento de un reto propuesto por servidora: escribir un relato cómico como forma de demostrar que es más difícil hacer reír (comedia) que llorar (tragedia). Si no se ha demostrado que yo tenía razón, al menos ha quedado patente que hay bastante respeto por lo cómico y que parece siempre de bastante dificultad.
En este relato he combinado un post que hice en verano muy interesante con una historia disparatada, al estilo de "Tolomeo y Marieta". Espero que os guste. Para que no os resulte muy pesada la he dividido en dos partes. By Carmen;D


                                RETRATO DE UNA NEURÓTICA RUBIA DE BOTE.

Hoy estamos aquí reunidos, queridos niños y niñas, para dar a conocer la historia oculta y perturbadora de alguien no menos perturbador y excepcional que todos vosotros conocéis. Un personaje aparentemente cuasiperfecto, carismático, dorado, aúreo, podría decirse que con una luz propia cegadora que, efectivamente, ha cegado a millones de niñas inocentes. Pero la verdadera historia se aleja mucho de la realidad que a todos os han contado. Y como os supongo unos pequeños avispados y ávidos de verdad, no tendré reparos en contaros la auténtica vida de Barbie.

Para empezar, Barbie no se llama Barbie, sino Ginger. Anne Ginger Terence Morgan  para ser más exactos. Su madre fue una mujer bastante chapada a la antigua que tenía auténtico amor por los nombres compuestos (como iba a ser llamándose la pobre Suzanne Charlotte Mary Edit Walter Collins) y repugnaba las abreviaciones. Y más aún si estas te hacían parecer pija ya de entrada. Así que digamos que aquella buena mujer nunca tuvo intención alguna de llamar a su hija Barbara, y mucho menos Barbie. Su padre, según consta en los registros del ayuntamiento, fue Pinocho, que frustrado por el poco éxito que tenía en Italia con las mujeres, un buen día decidió meter en su maleta todo su embrollo de hilos de marioneta e irse a hacer las Américas. Se ve que allí tuvo más éxito, viendo la belleza que ayudó a traer al mundo.
Cabe destacar que su madre fue una mujer negra, hija de un buscavidas pobre que hacía budú con sus viejos muñecos deshilachados todos los días pares, y los impares predicaba en la iglesia evangélica del barrio. Los días pares atendía una gran demanda de peticiones de homicidio discreto y doloroso, y los días impares se ocupaba de la gran afluencia de feligreses que se confesaban arrepentidos y atemorizados, porque el día anterior su vecino el de la trompeta había tenido un infarto que le había impedido acabar sus prácticas musicales de madrugada. El caso es que gracias a esta especial conexión con las fuerzas sobrenaturales, que de alguna forma u otra se ponen de acuerdo y gobiernan el mundo, el padre de Suzanne Charlotte Mary Edit Walter Collins incluyó orgulloso a su hija en el coro de la iglesia nada más esta cumplió once años. La muchachita se crió muy disciplinada, más bien reprimida en unos valores propios de dama de peluca empolvada que la obligaban a caminar con una pila de libros en la cabeza en vez de leerlos.

En algún punto de esta cronología Pinocho y Suzanne Charlotte Mary Edit Walter Collins se conocen y lo abandonan todo para irse a vivir juntos su particular idilio de amor a la Italiana. Con esto quiero decir que compraron una pequeña casita como la de los tres cerditos en Little Italy y la nueva señora Pinocho, a una edad más bien corta, renegó de su familia y sus dogmas para dedicarse a una vida más bien colorista y alegre. Esto conllevaba, por supuesto, la anulación de su nombre del testamento del abuelo y la ruptura de relaciones con la familia, debido a la deshonra que todo aquello acarreó. Su padre, el trasnochado maestro del gurú la maldijo con una gran desgracia que pronto aparecería en su vida para torturarla hasta que su esquela saliera en el periódico de un martes plomizo. Prácticamente horas después de este crucial hecho, Suzzane Charlotte Mary Edit Walter Collins daba a luz a Anne Ginger Terence Morgan, osea Ginger, osea Barbie. Ya se sabe lo rápido que van estas maldiciones. Los expertos en el tema aún no están muy seguros de dónde viene el apellido de soltera de Ginger, ya que este no corresponde a ninguno de sus padres. Han llegado al acuerdo común de que la pequeña Ginger, un día en el parvulario descubrió la existencia de Marilyn Monroe y esto fue tal revelación para ella que decidió cambiarse inmediatamente el apellido para parecerse a su estrella, y lo primero que se le ocurrio fue eso, Morgan. Esto demuestra a que temprana edad comenzaron a ser visibles los fatales síntomas de nuestra angelical protagonista.

Cuando Ginger, osea Barbie, cumplió los dieciséis años era una muchacha mulata con grandes gafas de culo de botella, grandes braquets y grandes expectativas en la vida. Pero todos los niños que la joven pudiera tener se veían sesgados de manera cruel por su madre, la cual después de unos años recibiendo abnegadamente más y más maldiciones de su padre al ver que su hija no regresaba, decidió renegar de los principios coloristas y transgresores y acogerse de nuevo a una ardiente fe y pelucas empolvadas. Así pues Ginger vestía de forma siempre recatada, discreta, anticuada e incómoda. No creáis que os hablo de ropa algo pasada de moda, o de un sencillo jersey de cuello alto. Os hablo de que Ginger iba a clase en los años 60 con vestidos medievales, preferentemente rosas, que tapaban hasta el agosto el 85% de su cuerpo y le daban un aspecto asquerosamente dócil. Además, los días en que su madre consideraba que había hecho algo realmente mal, Ginger era castigada a llevar una especie de capirote en la cabeza que a sus amigas les parecía el complemento perfecto para su permanente disfraz de hada-princesa medieval, pero en realidad era un sambenito de los de la inquisición, un regalo de su abuelo por su cumpleaños. Por supuesto las clases de gimnasia en el instituto con esta indumentaria era un pitorreo, porque con semejante vestido no se puede dar una zancada para correr ni dar a un balón. Así pues, imaginaos a la pobre Anne Ginger Terence Morgan dando pequeños saltitos y caminando como si fuera Charlot, angustiada, detrás de una pelota que se movía por el suelo con la lentitud con la que cae una gota de resina al suelo, y aún así no conseguía atraparla. Claro está, era el hazmerreír de sus compañeros, y si de alguien podemos decir que sufrió uno de los más feroces acosos escolares dentro de la categoría de instituto americano, es de Barbie, osea Ginger.

El trauma que le provocaron estos vestidos y la honda huella que dejaron las burlas de sus compañeros en Ginger son claves para su evolución futura, ya que desde entonces una de sus necesidades más profundas fue ser querida, y ya no querida, amada por todos a su alrededor de una forma incondicional y eterna. Por añadidura, en sus peores pesadillas era una princesa vestida de rosa encerrada en un castillo bucólico rodeada de ponys perversos y zapatos parlanchines e hipócritas. Un buen día, harta de toda esta parafernalia, se refugia en la iglesia a la salida de sus ensayos en el coro. La tarde ha sido especialmente mala, porque ha tenido que hacer un solo muy difícil, y la verdad es que su voz no es ninguna maravilla, y de nuevo ha sido apaleada a burlas por todos. Arrodillada ante el altar, tiene una revelación en la que una mujer joven entra corriendo a la iglesia hasta llegar a la estatua de un santo negro (detalle que Ginger toma como alusión al color de su piel) y luego suceden cosas aún más extrañas que la inocente joven sigue intrigada. Interpreta en todo aquello una señal divina de que ha llegado el momento de dar a su vida un giro de 180 grados

Al día siguiente se rapa media cabeza y se hace la permanente en la otra mitad. Desde entonces, ella misma continúa la saga de deshonra familiar, ya que su madre reniega de ella y la expulsa de su propio testamento. Esta vez el regalo de su abuelo, el del budú, es una dama de hierro, esas máquinas alemanas de tortura, a pequeña escala, para que Ginger pueda ir acabando lentamente con su vida y le haga un favor a toda la familia. Hay que ver la de cosas que había en el desván de ese viejo. Ginger la usa de armario para la gran colección de ropa que tendrá a partir de ahora, después de forrarla con terciopelo rosa.
Empieza a frecuentar las peores compañías, ingresa en distintas pandillas, una tras otra, con un intervalo de dos semanas y media en medio, recorriendo todas las tribus urbanas adolescentes conocidas extrayendo de cada una de ellas lo mejor. Por ello se tiene constancia en los archivos de que fue ganadora dos años consecutivos del concurso a nivel local de enrollar porros a grandes velocidades. Por entonces tiene su primer desengaño amoroso. Ginger se cree locamente enamorada de un compañero de la pandilla de góticos en la que está ahora. Una noche en la que todos habían salido de fiesta, a altas horas de la madrugada y bajo los curisos efectos del alcohol y las drogas, Ginger, osea Barbie le confiesa su amor al susodicho chico, con un romántico paisaje por escenario: el borde de una fría carretera de las afueras. Nada más oída tan estremecedora revelación, nuestro Romeo opta por poner distancia entre ambos, una distancia de digamos exactamente la anchura de una carretera. Cruza corriendo el alquitrán negro y desaparece en la noche gritando, después de lo cual no hemos vuelto a tener noticias de él. Desde entonces y para los próximos tres años este será el lugar favorito para intentos de suicidios de Barbie, osea Ginger, pasatiempo al que dedicará mucho esfuerzo en cruzar la carretera en el momento exacto en que venga un coche. Pero Ginger nota que la desdicha se aprovecha de ella en todo momento y ni siquiera le permite la muerte, ya que no hay un maldito coche dispuesto a atropellarla y a menudo acaba gritando frenética en medio de la carretera, insultando a los conductores que la esquivan.

                                                                                   to be continued.....

sábado, 19 de octubre de 2013

Pon un patito de goma en tu vida.

Hola queridos/as lectores/as!!! Tengo la enorme alegría de poder comunicaros que hoy vamos a hablar de patos. Sí, de esa maravilla de la naturaleza que vuela, nada y camina (quede claro que me chiflan los patos ;). Aunque, la verdad, yo tampoco esperaba que los patos fueran un tema que dieran tanto para hablar como una entrada entera. Bueno, pues resulta que sí.

¿He dicho patos? Quería decir patitos de goma, ya sabéis, como el que siempre tenía Epi. Si los patos son una cosa preciosa y adorable, los patitos de goma lo son también por extensión. Estoy segura de que si pusiéramos un patito de goma en todos los ascensores de este país, al menos la gente que para ir a trabajar baja en el ascensor sería mucho más feliz. Millones de patitos amarillos de goma mirándote con esos ojitos divertidos y sonriéndote...Quiero que me regalen un patito de goma por mi cumpleaños, por favor, lo digo aquí públicamente.

Además, hay que tenerles en cuenta a los patitos de goma su gran iniciativa, porque nada más ni nada menos que miles de estas aves de goma se han lanzado a la ría de Bilbao sin pararse a pensar en lo fría que podía estar el agua. Os explico. Hay una organización de nombre WOP (Walk On Project) que se dedica a divulgar, sensibilizar y ayudar en la investigación de las enfermedades neurodegenerativas. Organizan flashmobs, festivales de música, y ahora una estropatada. Qué bien suena, ¿no? Se trata de lo siguiente: tú eres una persona cualquiera. Y pagas cinco euro por un patito de goma, también llamado wopato. Esos cinco euros van para la recaudación de dinero para las investigaciones. Si resulta que tú eres una empresa, o algo con capacidad adquisitiva de patitos de goma suficiente para llegar a los 150 wopatos, te dan un wopatón, o patito de goma enooorme. Además, se pueden personalizar los patitos como quieras. El día 13 los bomberos tiraron al agua de la ría de Bilbao a los millones de patitos que competían por llegar el primero. Todos ellos se afanaron con mucho espíritu deportivo por ganar el premio, consistente en unas vacaciones en no se dónde de España y algo más. Imagináoslo: una marea amarilla de patitos de goma sonrientes deslizándose cómodamente por el agua. Qué espectáculo. Además, para que ningún patito desafortunado se perdiera, hubo piragüístas que cuidaron de que todos llegaran a la meta. Las personas que compraron los wopatos pudieron seguir la carrera de su patito a tiempo real, puesto que todos llevaban un microchip de geolocalización. No me digáis que no han puesto entusiasmo y esfuerzo.

A esta gente hay que concederles un premio, una condecoración o algo. Que no hablamos de promocionar los Oscar ni nada así, que hablamos de recaudar dinero para una organización bilbaina de ayuda a enfermos. Pues la verdad es que tienen que tener un sector creativo entre sus filas de afiliados de agárrate y no te menées, porque la idea de una regata de patitos de goma me parece lo más original, creativo, lleno de buen humor, altruista y optimista que he oído en bastante tiempo. No sé, es que ver a tantos patitos de goma juntos, con su inocente sonrisa, como que te alegra el alma y te dan ganas de apuntarte a todas las asociaciones benéficas.
Ale, solo era por contaros la noticia feliz. Os dejo info sobre la estropatada y sobre WOP. La verdad es que tiene cosas muy interesantes...Que alegría que todavía haya gente con toda esta ilusión en España. By Carmen:D



domingo, 1 de septiembre de 2013

La realidad en un acto.

Hola queridos/as lectores/as!!! Pues eso, lo que dice el título...

                                                   Acto I

Una habitación con las paredes pintadas de blanco, sin ventanas. Apenas hay muebles. Una veintena de sillas de plástico se encuentran colocadas formando un círculo. Desde arriba, se ven veinte cabezas. La cámara baja hasta dejar al espectador a la altura de las demás personas. No son cabezas solas, si no con cuerpo. Presumiblemente adolescentes.
Un chico alto y delgado se pone en pie y habla al público.
Presidente- Y ahora, compañeras y compañeros, saludemos a nuestra compañera Andrea, que quiere contarnos sus avances y sus experiencias en este el triste y letal tema que nos ocupa.
Se sienta y en su lugar, se pone en pie una chica de larga melena rubia y ojos saltones. Cambia el peso de su cuerpo de una pierna a otra varias veces y luego comienza a hablar, con voz parlanchina y nerviosa.
Andrea- Hola. Me llamo Andrea.
Todos- ¡Hola Andrea!
Andrea y todos los demás asistentes se sonríen tontamente entre ellos, alegres tal vez por descubrir que pueden comunicarse, quizás porque a todos les gusta el nombre de Andrea. Cuando se recuperan del susto, Andrea prosigue.
Andrea- Y llevo una semana sin mandar un whatsapp.
El boom de la noticia no se hace esperar. El desconcierto es el primer síntoma que aparece en las caras de los asistentes. Se miran entre ellos y lo comentan sin creérselo aún.
Chico 1- ¿Has oído lo que ha dicho?
Chica 1- Sí, sí, lo oí. Es fascinante, ¿no te parece?
Chico 1- Sí, completamente fascinante. Ya debe de estar en el nivel 3. Por lo menos.
Chica 1- Tienes razón. Quizás pronto consiga rehabilitarse. Está muy avanzada, yo solo he conseguido estar dos días y ya llevo aquí varios meses.
La Chica 1 mueve histéricamente las manos, como si quisiera coger algo inexistente entre ellas. La cámara nos muestra por unos momentos la entrada de la sala, donde hay una caja grande llena de objetos, con un cartel que dice: "Se ruega a los asistentes que depositen aquí sus móviles y demás dispositivos electrónicos para un mejor funcionamiento de la terapia. Gracias"

Por fin todos acaban de asimilar la noticia, que les llena de admiración hacía Andrea, y vuelven a mirarla esperando que de su boca salgan más palabras iluminadas que les lleven a ellos también hasta aquella fase de éxtasis. Andrea muerde los labios sin perder la sonrisa y dos lagrimones bajan valientes por sus mejillas.
Andrea- Lo siento...Siento mucho que me veáis así...Pero es que soy tan feliz.
Pasa el antebrazo por lo ojos, los cierra unos momentos mientras intenta respirar acompasadamente, como la enseñaron en las sesiones de control de las emociones. Después, continua.
Andrea- Y quiero deciros que me parece todo tan maravilloso, tan mágico. Ahora puedo hacer cosas que siempre quise hacer, y que antes no podía. El tiempo que le dedicas al móvil se lo quitas a todo lo demás. Ahora conecto mejor con la gente de mi al rededor, porque les respondo cuando me hablan, ¡e incluso he conseguido mantener conversaciones de quince minutos!
Se oyen exclamaciones y voces entrecortadas. Estupor general.
Andrea- Por eso quiero deciros que debéis seguir este camino. Sí, debéis seguirlo porque al final hay largos campos de deliciosas flores para todos, aunque haya piedras en el camino. Puede que sufráis también como sufrí yo, ¿pero acaso no es mejor sufrir un poco para expulsar a tan atroz vicio de nuestro cuerpo, y sentirnos luego limpios y puros?
Andrea terminó con una sonrisa cargada de bondad y amor a la raza humana y secó las nuevas lágrimas. Todos aplaudieron entregados a su diosa, vitorearon y alguien que asistía por primera vez a las sesiones lloró impunemente al ver que la redención era ciertamente posible. A nadie se le pasó por la cabeza pensar que Andrea había abusado de los calmantes. Se sentó dando las gracias a sus público y el chico que parecía organizar el evento volvió a levantarse.
Presidente- Sí, yo también siento en lo más hondo de mi ser la gran verdad que transmiten las palabras de nuestra compañera Andrea. Y que esto sirva de estímulo para que nuestras almas, perdidas entre emoticonos y "jajajajas", sepan que tienen un reto, una misión, un destino, y para que lo consigan pueden contar con todos nosotros porque, como compañeros que somos, sabemos lo que el otro siente. Esto ha sido todo por hoy, tened presente que las sesiones se reanudarán el próximo lunes, y empezaremos tratando temas como la abstinencia a las clases de matemáticas y química. Y recordad que no debéis entregar vuestro tiempo y vuestras vidas a esos inventos diabólicos.
De nuevo los aplausos batieron el aire y, una vez tranquilizados, todos se pusieron en pie delante de sus sillas para entonar su himno. Las voces se unieron emocionadas en las estrofas de palabras cristalinas y la emoción del momento se destilaba por cada poro de sus cuerpos con acné. Luego, se fueron marchando con pasos lentos que se dirigían a la caja con los móviles. Algunos fueron a felicitar personalmente a Andrea e intentar averiguar si había usado algún estímulo además de lo que se proponía en la guía del afectado.
Pero finalmente la sala quedó de nuevo vacía. Las luces se apagaron y la puerta se cerró. Horas después, un hombre mayor con mono de trabajo entraba para recoger la gran pancarta que presidía el aula. Esta rezaba: "A.A. Adolescentes Anónimos". La descolgó y la cambió por otra que decía: "Asociación de Madres Afectadas por el Estrés y el Agobio en sus Tareas del Hogar"

                                              ************************

Y así fue, y no de otra forma, como la vida inteligente se vio eliminada en extrañas circunstancias en el Planeta Tierra. Aún hoy se intenta descifrar la causa asesina de la defunción de todo el saber y conocimiento que existió en aquel planeta, pero tan solo se han encontrado pruebas de que abnegados y minoritario grupos de personas que intentaron frenar el apocalipsis. Pero todo fue en valde, su civilización estaba destinada a lo peor.

                                                   PUNTO FINAL.

Comentad, queridos/as lectores/as, comentad aunque solo sea para decirme que me paso en exagerada, fatalista y negativa, que jamás semejantes cosas podrán acabar con nosotros...¿Pero estáis seguros? By Carmen:D

sábado, 24 de agosto de 2013

"Los caballeros de la mesa cuadrada": conejos asesinos y caballos invisibles.

Hola queridos/as lectores/as!!! Hoy quiero hablaros de una película, pero no en tono de reseña. En tono de "esto deberíais de verlo para poder morir en paz". Vamos, que a mi me ha entusiasmado.
Llegué a la película en cuestión, "Los caballeros de la tabla cuadrada y sus locos seguidores", dando vueltas por Wikipedia, curioseando, pasando de una cosa a otra. Acabé informándome sobre los Monty Python, un cuarteto de cómicos de la Inglaterra de los setenta. Según leí, fueron una auténtica revolución para el humor, ya que basaban sus sketchs y gags en el absurdo y la crítica social. Vamos, sus Beatles en cuanto a la comedia. Bien, pues esta es una de sus películas, donde se puedo comprobar lo que he dicho la mar de bien.
El argumento es de lo más sencillo y puede que repetido: Arturo, rey de los bretones, parte en busca de los caballeros más audaces y valerosos para que le ayuden a cumplir la misión divina que les ha sido encomendada: buscar, encontrar y proteger el Santo Grial. Estamos en la Inglaterra del 962.
(¿No os recuerda esto a "Un yanqui en la Corte del Rey Arturo"...Humm, que maravilla de libro:)
Bien. Todo eso sería muy normal y aburrido si no fuera varias razones. No hay caballos, por ejemplo. Es que el presupuesto de la película no daba para tanto, en serio, lo decía Wikipedia. Así que, nada, a falta de pan buenas son tortas. ¿Qué no hay caballos? Pues ponemos a cada caballero un sherpa que haga el sonido de los cascos de los caballos contra el suelo, a base de cocos vacíos; y todos tan felices. Se tendrán que enfrentar a brujas que son brujas porque pesan lo mismo que un ganso; a groseros y soberbios franchutes que se saldrán con la suya; monstruos repugnantes con mil ojos de dibujos animados; misteriosos caballeros que luchan sin ninguna extremidad; adivinos sagaces y malvados; tentadoras muchachitas recluidas en castillos; gigantes con tres cabezas; campesinos anarquistas con grandes conocimientos de ciencias políticas; juglares que cantan y bailan algo de claquet, oficiales de Scotland Yard...y el más mefistofélico, feroz, sangriento y aterrador guardián del Santo Grial: un lindo y adorable conejito blanco, esponjoso como las nubes. Ósea, un salvaje asesino psicópata que no dudará en cortarles la cabeza a los caballeros más valientes.

¿Cómo lo veis? A mi me parece una maravilla. Es una manera genial de reutilizar la clásica historia del rey Arturo, pero en vez de hacer una adaptación con muchos efectos especiales, sangre y radiantes guerreros, pues van y ruedan esto. Todo low cost, muy creativo y bien hilado. Una buena música de acompañamiento, mezclas de realidad, efectos especiales rudimentarios pero que no pierden su gracia, y partes animadas con recortes de viejos libros medievales. Todo ello regado por situaciones absurdas, diálogos ingeniosos y un final pasmoso. Dura poco, no más de hora y media; e incluso cuenta con unos créditos curiosos.
Os recomiendo que la veáis, como siempre, pero esta vez para haceros más jugosa la sugerencia, os voy a dejar la película entera en español aquí, así que podéis verla ya mismo si gustáis. Espero haberos convencido como me convenció a mi la película.
By Carmen:D