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domingo, 22 de septiembre de 2013

Recordad escribir algo sobre el carpe diem antes de morir.

Hola queridos/as lectores/as!!! Vuelvo hoy para hacer, o más bien escribir, un recado pendiente desde hace ya varios días. Lo sé, todo son recados pendientes, pero esta semana hemos empezado el (maldito) curso escolar y eso absorbe todo lo demás que podía haber antes en nuestro universo. Hay que olvidar la ocupación que tenías antes (maquetación de mi novela en modo slow) y sustituirla por la de estudiante. Vamos, que no he encendido un ordenador en cuatro días, pero al parecer tampoco me he perdido nada, porque el parón pertinente se ha notado también en el resto de la blogosfera...

Hay una novela que se llama "Goodbye Berlín", "Tischick" en la versión original alemana. La encontraréis con sus señas y calificación en mi lista de libros. Ya os adelanto que es una de la pocas que ha conseguido este año las cinco estrellas que le franquean la entrada a mi altar de libros. Y lo que la hace más singular aún es su calidad de novela juvenil: no tengo mucha fe en como está el género actualmente, con tanta novela fantástica y romántica, seres sobrenaturales y amores imposibles, trilogías o sagas...(Piedad, imploro piedad a los ardientes seguidores de la LIJ. Tan solo es una inocente opinión de servidora, que al fin y al cabo es bastante ignorante respecto al panorama literario actual...;) Esta road-story, sin embargo, se merece el puesto que ostenta de mi novela juvenil favorita.

 La tengo ahora entre mis manos. Una de las portadas más sugerentes que he visto en mucho tiempo y una sinopsis que va directamente a los rasgos que ha de tener una novela para que sencillamente ME ENCANTE. Recuerdo lo que me impulsó a comprarla. Había hecho una lista con posibles víctimas literarias para un momento en el que nada de lo que empezaba a leer me llegaba. Y yo quería algo que me hiciera pensar y sentir. La batalla final estaba entre "Las ventajas de ser un marginado", con su gran campaña de publicidad a cuento del estreno de la peli, o "Goodbye Berlín", con el nombre de su autor impronunciable en cualquier librería. ¿Cual elegí? La respuesta es obvia. En una tarde de lluvia me lancé a recorrer librerías para encontrar MI libro, pero no lo tenían en ninguna. Al final de la tarde encontré una pequeñita y atiborrada, con escaparate sugerente, y ahí no me pusieron cara rara cuando pregunté por el libro de Wolfang Herrndorf, con mi pronunciación de toda la vida de francés y no alemán. Vamos, que ya me tienen como asidua a su librería.
Lo devoré. Con patatas. Vaya si me llegó. Personajes con predestinación a ser unos fracasados, perdedores y con problemas (¿ a alguien le recuerda a "Pequeña Miss Sunshine") pero que se dicen "así es la vida, y ahí que seguir adelante", sin contar que los protagonistas son los marginados de su clase. Una narración muy bien llevada, diálogos logrados y un lenguaje para llegar a cualquier adolescente: cualquiera se puede reconocer en las expresiones y los tacos. Una aventura al fin y al cabo, por un cruce de mundo real con su crueldad y viaje a ninguna parte. Momentos mágicos y cargados de emotividad, secuencias que me hicieron reir con ganas, tensión e intriga. Unos lemas claramente proclamados con las cosas que de verdad importan en la vida, y una conclusión global que adopte como una de mis máximas (mis amigos/as lo saben bien ;): Carpe Diem.

Que queréis que os diga. Le doy un 10, un 11 y un 12. Lo que haga falta. Debería de ser lectura obligatoria en 3º de la ESO. Y desde que lo leí lo tengo en la estantería de libros a los que hecho mano de vez en cuando para pasar las manos por las hojas y releer pasajes. También me he dedicado a difundir su presencia, y precisamente este verano lo había prestado a una buena amiga y amarilla que, a juzgar por la expresión de su cara cuando me devolvió, debió de hacer el mismo efecto que en mi. Como digo, me habían devuelto el libro al segundo día de instituto y lo tenía en la mochila. Estábamos en un cambio de clase cuando alguien trajo una de las comunicaciones del plan de lectura. In memoriam. El autor. Best-seller "Goodbye Berlín". 48 años. Cáncer cerebral. Suicidio. 

"¿Pero que maldita broma es esta?" Y me puse a decirle a todo bicho viviente "¡Ha muerto!¡Ha muerto!¡El tío que escribió esta maravilla de libro está ahora mismo muerto!". Pues vale. Como si se ha muerto Fulanito. Pero es que en este caso, tan solo hace dos años Fulanito ponía en boca de personajes geniales el carpe diem, un declaración de ganas de vivir ante toda adversidad que te pueda llegar, un espíritu de superación frente a todo lo malo, un promesa de continuidad y reencuentro con los buenos momentos pasados. Pero resulta que ya cuando su libro se empezó a vender le habían diagnosticado un cáncer cerebral que empezó a afectarle cada vez más, y esta al final de este verano Wolfang Herrndorf se pegó un tiro, no se sabe del todo por qué, en los canales de Berlín. Una parte de mi dice que no encuentra otra forma de muerte para un escritor, desoladoramente poética, pero otra se retuerce al ver que a veces el carpe diem se queda corto como combustible para seguir caminando. Todo regado por una sensación de que a este mundo le falta alguien.
Wolfang Herrndorf


Tan solo quería que lo supierais  para ver si así os animáis a leer la novela y sacar vuestras propias conclusiones. Yo me quedo con la ficción en vez de la realidad. Porque, como dijo el propio Wolfang Herrndorf, "aunque no se puede aguantar la respiración eternamente, sí durante un buen rato". By Carmen:D






lunes, 16 de septiembre de 2013

Siempre nos quedará...empezar el instituto.

Hola queridos/as lectores/as!!! Sabéis, llevo ya bastantes días pensando esta entrada, qué decir. Y quiero decirlo ya, de una vez, porque si no el tiempo pasa, como siempre, y yo seguiré en pantalón corto cuando vosotros llevéis bufanda. Y ya me vale de pasarme desde el miércoles sin escribir, superando estúpidas crisis post-vacacionales. Venga ya, como si se fuera a derrumbar el mundo por eso. Me avergüenza decir que he pintado de negro en todos los calendarios que he encontrado la fecha del 17 de septiembre, pero es así. Ya veis, a veces hago solemnes estupideces.

El caso y objeto de este incendiario y entregado post es tan solo uno: agradecer a todos/as este verano. Sí, sí, como lo oís. Ha sido el mejor verano de todos los que se cuentan entre curso y curso del instituto, y probablemente uno de los mejores desde que tengo memoria. Si alguien os dijo una vez, como me dijeron a mi, que hacerse demasiadas ilusiones con algo era malo porque luego nunca salía como te esperabas, esta vez se equivocaron (bueno, en algo acertaron, que todo hay que decirlo). El principio del verano fue también el principio de la Operación Don't Stop, que cierro hoy aquí. Bastantes proyectos he dejado por el camino: voluntariado (imposible por fechas y condiciones), costura (no se ha conseguido pasar de la primera lección para principiantes en las clases, aunque yo lo manejo bastante bien), cortometrajes (incomparecencia del personal por secuestro), guitarra (esto es una duda existencial. A ver, ¿por qué demonios se me metió a mi en la cabeza aprender a tocar la guitarra si desde siempre supe que no lo iba a hacer? Misterio.) 

Ya, ya, visto así, es que en realidad no he hecho nada de nada de lo que había planeado. Bueno. Es una forma de verlo bastante pesimista. He escrito una linda novelita; he leído, aunque no tanto como el año pasado porque la escritura se comió el tiempo de la lectura; he escrito para el blog; he fregado y limpiado la casa bastantes veces, he hecho las compras, he ido a la sección de películas de la biblioteca con gran asiduidad y soy la reina de la improvisación en las ensaladas de pasta veraniegas (mmm, guacamole...:). Pero sobre todo, y esto os lo puedo asegurar concienzudamente, he disfrutado he disfrutado de un montón bien gordo de momentos MARAVILLOSOS con FAMILIA Y AMIGOS/AS. He hecho cantidad de cosas que el año pasado no hice, me he pateado León de punta a punta en horas límite, he conseguido llegar a casa a la hora exacta casi todos los días (científicamente imposible hasta ahora), he escrito cartas, he debatido de muchas cosas, incluyendo lecciones de filosofía. He paseado sola y ampliamente acompañada. He llevado a cabo auténticas investigaciones detectivescas y conspiraciones perfectas sin un solo fallo (:P). Me he remojado en la piscina, he disfrutado de tardes en la Candamia y en el Húmedo, e incluso he ido a un kebab por primera vez. Y he estado de visita varios días en el hospital. He hecho (con ayuda de algunas manos más) una tarta-bizcocho alucinante. He hecho bastantes actividades rocambolescas, y ofende pensar que no me he divertido de lo lindo. También he trabajado en la escandalosa vuelta de Cartapacio (jajaja, temblad malditos, temblad...).

Puede que no me haya ido de intercambio a Inglaterra, ni siquiera de campamento, pero servidora, que se ha quedado buena parte del verano aquí, puede haber sido perfectamente la persona que más ha disfrutado de estas vacaciones. No he parado un solo momento, en especial cuando he estado por la calle. He disfrutado de buenas temporadas en los distintos pueblos, que todos ellos cumplen a la perfección las condiciones de la "Oda a la vida retirada." (algunos pueden dar fe de ello)Puedo presumir de haber tenido un verano anticiclónico interiormente, de ser un surtidor de felicidad parcial y sonrisas. Así que quiero agradecer todo esto a todos/as los/as buenos/as amigos/as que me han acompañado y aguantado en mis locuras; a mis padres y mi familia, porque en el fondo saben que sin ellos no es lo mismo (claro, no es lo mismo levantarse a las diez que a las doce ;). A conocidos y desconocidos que me he cruzado y me han saludado (¿qué? También tienen derecho a su homenaje.); a los incondicionales encargados de las tiendas de yogur helado, batidos y granizados, esos que antes estaban en el paro y ahora tienen un puesto en franquicias con más o menos suerte durante unos meses. Me he dedicado durante varios días a buscar a las franquicias más conocidas para hacerme cliente asidua y charlar de vez en cuando con el personal. No sabéis bien la cara de felicidad que ponían cuando volvías días después con más gente. Sí, las heladerías, cafeterías y bares han sido lugares habituales de charla este verano. Mmmm. Y agradecimientos por supuesto a todos/as los/as queridos/as lectores/as que me han leído, comentado, seguido, y en general alimentado este blog. Que ya sabéis que sin vosotros no es lo mismo, es que ni siquiera es nada.

Ya está. ¿Muy plasta? ¿Muy exagerado? ¿Muy aburrido? ¿Os ha hecho pensar "ni sé lo que te ha pasado este verano ni me importa"? Pues es lo que hay, majos/as. Os dejo una conclusión global y a la vez personal, que me hace ilusión. Y mañana...de mañana ya os contaré otro día. By Carmen:D

Gracias a ti (sí a ti, que estás delante de esta pantalla), quien quiera que seas por hacer lo que quiera que hayas hecho (aunque solo sea leerme). He tenido muy en cuenta tu aportación al verano, en serio. :)

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Hace dos años: batería de preguntas a las que no tenéis por qué contestar.

Hola queridos/as lectores/as. Hoy oí decir a un chaval, que hace dos años (dos cursos, si queréis) era, en tiempo adolescente, como decir hace siglos.
¿Dónde estabais vosotros hace siglos, hace dos cursos? ¿Qué hacíais? ¿Qué os preocupaba? ¿Quiénes eran vuestros amigos? ¿Qué cosas os gustaba a hacer y que no? ¿Quiénes erais?
Pensad bien la pregunta, tan bien como la he pensado yo. Si sois adultos, entonces probablemente la cuestión no tendrá tanto calado porque vuestras vidas pueden cambiar radicalmente pero vuestro interior se mantiene medianamente impermeable a esos cambios, ya sois personas formadas, ya tenéis el destino cogido por las riendas. Y eso es mucho. En cambio, si sois adolescentes, esa franja diabólica entre los doce y los dieciocho con el punto álgido en los quince, dos años, dos cursos, son dos siglos.

Hace dos años yo medía cinco centímetros menos, mi pelo era algo más largo y mi cara tenía menos ojeras. Hace dos años yo me debatía entre mis fantasmas, consciente de que tenía que volver a pisar ese lugar llamado instituto. También ahora lo hago, ahora miro con reserva la fecha del diecisiete en el calendario, pero algo me dice que cuando llegue ese día me lo comeré con patatas, y todos los demás días. Y el calendario se hace increíblemente insignificante. Hace dos años era mucho, muchísimo más idealista e inocente de lo que soy ahora, y os puedo asegurar que al menos la parte idealista está hay por genética. Hace dos años me faltaban muchas cosas que no me eran necesarias excepto en sueños. Hace dos años mis deberes eran hechos puntualmente a diario y eran copiados por una veintena de chavales despreocupados nada más llegar a clase a primera. Hace dos años todavía tendría que aguantar algo de bulling, de "mira a esa friki, a esa marginada".
Mi habitación era un mar blanco, de paredes impolutas, que conservaba tan solo los vestigios, aparentemente intemporales, de mis dibujos inexpertos del colegio y alguna foto de la clase. La foto sigue estando ahí, y también el dibujo enmarcado de la princesita de rostro desproporcionado y pelo verde. Pelo verde. Cualquier psicólogo podría haber dicho que aquello era una predestinación. Siguen ahí pero ahora hay exactamente nueve carteles de las sesiones de Cartapacio, tres posters grandes, un gran tablero con un recopilatorio de notitas, un colage de portadas de libros, una caricatura, un lema feminista casero y un mandala también casero y otro colage que conservo como buenos regalos.

Ya veis. ¿Cómo era vuestra habitación hace dos cursos? ¿Quiénes eran vuestros amigos/as, de qué gente estabais rodeados? ¿Qué os ilusionaba, qué os daba miedo? ¿Qué cosas queríais probar, qué os emocionaba? ¿Qué pensabais de la vida?
Haceos todas estas preguntas como me las he hecho yo. Pensadlas bien, tomáoslo en serio, como si estuvierais en la consulta de vuestro intelectual psiquiatra de Manhattan. Parad, dejad lo que estéis haciendo. Dejad de hablar. Parad la música. Centraos. Y decidme, ¿qué veis? ¿Cómo ha cambiado vuestra vida? ¿Estáis mejor ahora, o tal vez preferíais antes? ¿Qué habéis perdido, qué habéis ganado? ¿Os lo ha regalado el destino o lo habéis trabajado con esfuerzo? ¿Creéis merecerlo, os sentís agradecidos o todo lo contrario? ¿Reís más, lloráis más? ¿Habéis aprendido algo de las cosas que verdaderamente importan en la vida? ¿Os habéis dejado llevar por la multitud, habéis perdido esencia y ahora sois menos personas? ¿Habéis cumplido parte de vuestros sueños, habéis hecho algo por intentarlo? ¿Tenéis alguna idea de qué lugar ocupáis en el mundo? ¿La vida se os queda pequeña, necesitáis más, queréis ser más? ¿Os falta muchedad? ¿Habéis ganado principios o los habéis dejado de lado? ¿Os sentís solos e incomprendidos, solo solos, o solo incomprendidos?


Saboread las preguntas. Usad ese maremágnum que tenemos por cerebro. Sentaos a reflexionar y no me respondáis si queréis. Quiero pensar que no he perdido una entrada en balde, poniéndome retrospectiva y melancólica, para haberos dejado tan inmersos en la vida rutinaria como podíais estarlo. Si os he hecho pensar, si puede que paséis aunque sea cinco minutos volviendo sobre todas estas preguntas, y las demás que vayan surgiendo a la vez que ahondáis que vuestra persona, vuestra identidad por dentro y por fuera; si hacéis eso entonces me sentiré realmente orgullosa de haber conseguido semejante hazaña. Hacer pensar...Sí, me gusta.
Prometo volver lo antes posible con el buen humor y la vitalidad de siempre, esto solo fue un alto en el camino, una parada de preguntas obligadas. Atenderé amablemente comentarios de extraños y conocidos que se animen a la retrospectiva personal. Espero que os haya gustado en acompañamiento pictórico, porque como buena incodicional del impresionismo que soy no dejo de recurrir a ello para relajarme.Termino con sonrisa. By Carmen:D
Pd: en octubre hace dos años, nació este blog, por cierto. Anda, pues eso habrá que celebrarlo...


martes, 20 de agosto de 2013

Llamamiento a las armas.

Hola queridos/as lectores/as!!! Yo tampoco pensé jamás que haría un llamamiento precisamente a las armas. Hasta ahora, a lo único a lo que he llamado es a cenar. Pero así es la vida, y tengo poderosas razones para emprender un asunto tan contrario al espíritu hippy.
Estamos a 20 de agosto. Hace dos meses apenas había un alma en el instituto. Los esclarecedores datos de una encuesta realizada a los adolescentes que conozco, de todas las clases, revelan que este verano se nos está haciendo demasiado largo. Quién lo iba a decir. Te los cruzas por la calle, te dicen que se han ido un mes de intercambio a Inglaterra, que han hecho tal y cual cosa. Intentáis sacar el clásico temazo de las clases, a ver en cual caemos, que profesores hay (Alfredo, te recomiendo que te alejes de mi futura clase, por nuestro bien) y los mismos rollos de siempre que al principio te tenían en vilo noches enteras, hasta que acabas por pasar de ellos inteligentemente. Pero esta vez el tema falla, porque siempre hay alguien que responde por los demás diciendo "Bah, no vamos a pensar ahora en ellos porque todavía queda mucho para la vuelta." Y te dices: "Demonios, es que es verdad, casi es un mes. Si es que todavía me queda un mes sin que nadie me diga lo que tengo que hacer, ni deberes ni exámenes, ni toda la presión, ni nada de nada."
Entonces sientes un enorme vacío interior a la vez que te recuerdas en el pasillo por haber llegado tarde a la clase de Tagarro (matemáticas un lunes a primera hora. Hay que ser Speedy González para llegar pronto). Pero a ver quién es el guapo/a que declara en voz alta que echa de menos el instituto. Por otra parte, todos nos llenamos de proyectos y sueños hasta los topes al principio del verano (los que se pasan de optimistas e ingenuos son los que hacen una campaña, de nombre, por ejemplo, Operación Don't Stop). Pero hay algo extrañamente sobrenatural y seductor en las sábanas de la cama que te impide levantarte antes de las once, el mismo rastro de manzana envenenada de la bruja que hay en las tardes que te pasas abrazado/a al sofá, con la tele encendida tragándote los documentales de La 2, la telenovela venezolana de La 1 o lo que sea. Sé de lo que me hablo, me incluyo en la lista de afectados.

Estos dos principales problemas dan lugar a los siguientes síntomas: "Me aburro", "No me importaría volver a clase", "Estoy harto/a de hacer todos los días lo mismo". Y, vete tú a saber, a más tiempo que pase, la cosa irá a peor. Todos los adolescentes del país con esta enfermedad convertidos en zombis. ¡Vamos, no nos podemos permitir esto, por mucho que nos gusten las historias de zombis y vampiros! ¡Tenemos casi tres meses (que, quieras que no, es un mundo) para hacer (más o menos) lo que nos dé la gana! ¡Hasta los que tienen que hacer recuperaciones! ¡No me digáis que vais a pasarlos pegados como auténticos imbéciles integrales a un sofá! ¡Que se supone que somos la juventud de este país, el espíritu de cambio y rebeldía, el movimiento constante, la energía en estado puro! ¡No se nos debería de resistir nada! ¿O me vais a decir que dejáis todo eso para dentro de diez o quince años? Ahora o nunca.

¡Hago un llamamiento a las armas a toda persona o cosa de este país que se aburra sin motivo, que le falte chispa en la vida, que tenga que pedir sal nada más levantarse para sazonar los días, que se sienta hormiga insignificante en el Gran Universo, que piense que ya está todo hecho, inventado y probado! Un llamamiento a las armas tan poderosas que son la imaginación y la ilusión, elementos indispensables de las personas! (Tranquilos, no hace falta descargárselas de la App Store, vienen de nacimiento. Al menos hasta ahora...) Hay miles de millones de cosas por hacer, alguna te tiene que valer a ti, ¿no? Solo se trata de buscar, de darle un poco al tarro por una vez en todo el verano, de hacer imaginar grandes proyectos y ponerles toda la ilusión del mundo. Dejemos de levantarnos de la cama a la espera de otro día como todos los demás, aburrido, monótono. Y aunque no consigamos que nos secuestren los marcianos o atracar un banco, hacer más o menos divertida la vida depende tan solo de nosotros mismo. Sí, digáis lo que digáis. A mi, si me pillas en un buen día y me encierras en una habitación oscura sin ventanas, acabaré riéndome a carcajadas yo sola.

Estamos en el mundo. Pisamos con asco un suelo (lleno de chicles aplastados) que en algún momento serán de nuevo polvo en el universo. Como nosotros. Haber visto la primavera ya quince veces y seguir flipando al ver cómo florece un árbol no es de estúpidos. No tengo ninguna intención de morirme habiendo perdido un solo día de mi vida, ¿y vosotros?  Es la mejor sugerencia que os puedo hacer: ponedle banda sonora a vuestros pasos, que os hierba la sangre constantemente, haced todo lo que podáis hacer en un día, sea útil o no. Ahora no tenéis que presentarlo ante nadie. La libertad tiene que ser una ayuda que nos conduzca hacía cosas mejores, no que nos tenga estancados en nuestro mundo mediocre de rutina.

Oigan, a mi me tocó crecer con los principios de Phineas y Ferb. Lo llevo en la sangre. Hace años que sé de memoria la canción de los créditos. Y, pensaréis que soy una soñadora, pero no soy la única (como dice "Imagine":), se pueden hacer montañas rusas en un día. Me niego a quedarme sentada. Me niego. El verano es mio y esta es mi revolución, que pienso extender por mi entorno aunque fracase. Levantaos y andad. By Carmen:D

domingo, 30 de junio de 2013

Operación Don't Stop

Hola queridos/as lectores/as!!! Hoy hace una semana que estamos oficialmente de vacaciones todos los estudiantes, hayan o no dejado materias. Hoy me complace anunciaros mi nueva locura nuestra de cada día: la Operación Don't Stop, cuyo cartel representativo me ha costado muchas discusiones con el ordenador sobre su aptitud para hacer un vulgar cartelillo, las cuales considero nulas, aunque él lo niege. 
En fin. El caso es que yo, y yo como cualquier representante de este tipo de personas ingenuas, me propuse una montaña de proyectos y metas, muy lindos todos por cierto, y su planeamiento, elaboración y posterior ejecución conformó la susodicha Operación Don't Stop, que como muy inteligentemente dice su nombre, su intención era que no parase en todo el verano. Ja. Aceptemos la derrota antes de empezar el reto, y podremos tirarnos antes al desconsuelo de la botella de Coca-Cola.

La Operación constaba (consta) de diversos aspectos: leer los 14 libracos que, no se que estaría pensando, saqué de la biblioteca del instituto; escribir relatos para las reuniones veraniegas de Cartapacio y afrontar sobradamente el Reto Cartapacio: escribir una novela (mínimo 50 páginas) en este verano. El cúmulo de ideas, hipótesis y croquis que he hecho últimamente alrededor de esta propuesta lo he llamado Proyecto "PROYECTO". ¿Por qué? Bueno, yo creo que ilustra muy bien la pereza y dispersión que se está apropiando de mis ideas estos días de verano, ya que después de media hora de escribir la palabra "proyecto" en la primera hoja del cuaderno, la única palabra que rondaba por mi cabeza era, precisamente, "proyecto". Así están las cosas, queridos/as lectores/as.
La ODS también incluye ideas inconcretas, tales como hacer voluntariado (en Cáritas, pero tendré que empezar en agosto y seguir durante el curso, qué le vamos a hacer), hacer un mini-cine-forum en Cartapacio, grabar cortos (¿ambiciosa yo? No, que va, ¿por qué?), patearme todo León City, tomar sendas dosis de diversión y relax diarias....Y un largo e improbable etcétera.

Bueno, no hay nada que más me guste de mi que esa facilidad para emprender proyectos con toda la alegría del mundo...y dejarlos a la mitad. Pero hasta entonces, la vocecita de mi conciencia (que en mi caso es la vocecita de Darth Vader) tirarará de mi, y luego espero que lo haga la responsabilidad de dar carpetazo al Proyecto "PROYECTO". Para tener mayor remordimiento en el momento en que mi yo vago esté tentado de mandarlo todo a paseo y sentarse delante de la tele, he hecho el siguiente cartel....Tengo que practicar más, pero nadie dijo que yo tuviera el don de la informática.
Así que, aquí queda la promesa de mi trabajo veraniego. Testigos sois. By Carmen:D



martes, 23 de abril de 2013

"El Club de los Poetas Muertos"

Hola queridos/as lectores/as!!! Hoy toca reseña de cine. Una de las lindas actividades que hubo en el instituto para el Día del Libro (feliz Día del Libro, por cierto) fue un cineforum acerca de estas película. Dejemos a parte el tema de la asistencia al susodicho acto, y pasemos a la película.
"El Club de los Poetas Muertos" es un film del año 1989, que se dice rápido, pero son casi 25 años en los cuales a la película le ha dado tiempo a convertirse en una especie de tópico de los clubes literarios o cualquier cosa que aparente reuniones de unos cuantos chiflados. Idea muy sugerente, la verdad.

Mr. Keating
El argumento viene a ser el siguiente:  Estamos en el año 1959 y la prestigiosa, honorable y americana Academia Welton es un instituto privado para chicos cuyo lema es "Tradición, honor, disciplina y excelencia" (0_O). Comienzo del curso, el señor Keating es el nuevo profesor de Literatura de un grupo de amigos que no tienen ninguna gana de quemarse las pestañas para ser banquero, médico o comerciante. Keating, a través de sus extravagantes y efectivas clases, impulsa a sus alumnos a aprovechar el momento (carpe diem, siempre presente en toda la película) y dejar que la poesía y el romanticismo les ayuden.
 El Club de Poetas Muertos consiste en reunirse por las noches en una cueva para leer poesía, crear poesía, y en general vivir sin normas. Lo mismo da contar historias de miedo que un solo de saxofón.  Cada uno a de expresar lo que quiera y como quiera, buscar su propio camino y perseguir sus sueños. Y así harán, hasta que los cuatro pilares de la Academia se vuelvan contra ellos y sus ilusiones. Los padres no permiten que sus hijos sean rebeldes y acusan al más rebelde todavía profesor Keating. Los profesores de la Academia no perderán un solo momento en ponerse manos a la obra para echarle, aunque sea presionando a los alumnos para firmar en sus contra bajo amenaza de expulsión.

Las reuniones.
Frases y diálogos memorables. Momentos de risa y de tensión. Las clases de Keating son una maravilla que tienen por consecuencia indignación al comprobar lo mucho que molesta algo de rebeldía y creatividad propia. Creo que enseña valores muy importantes acerca de la amistad, las ambiciones, el carpe diem y la vida misma. No creáis que os he destripado la película, queda muuuucho más que debéis ir descubriendo. Dos escenas con las que me quedo:
1) La primera clase de Keating, cuando empiezan a leer el libro de texto de poesía, en el cual el autor habla de la poesía como si fuera algo exacto, medible, cuantificable con una gráfica de "calidad y relevancia", y no emociones encerradas en palabras. El profesor pide que arranquen esas hojas, porque eso no tiene sentido.
2) La última clase de Keating, cuando le echan y recoge sus libros en medio de una clase. Uno de sus alumnos se levanta para gritar que les obligaron a firmar para expulsarle. Sube, memorablemente, a la mesa y recita la frase principal de la película: "Oh capitán, mi capitán". Uno tras otro, los poetas muertos le secundan de la misma forma, y ya no hay profesor que les pueda hacer bajar o callar. Imposible.

Cuando acaba, irremediablemente te quedas con ganas de subir a las mesas para ver el mundo de otra forma. ¿Únicas pegas que he oído? Algo de decepción porque no se reunieran exclusivamente a dejarse llevar por el elevado espíritu de la poesía. De todas formas, es una película que no podéis pasar sin ver. Juzgad vosotros mismos, yo le doy un 9. By Carmen:D